viernes, 31 de octubre de 2008

YO SOY EL CAMINO, LA VERDAD Y LA VIDA


Lectura del santo evangelio según san Juan 14,1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos:
- No perdáis la calma: creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias, y me voy a prepararos sitio. Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.Tomás le dice:- Señor, no sabemos dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?Jesús le responde:- Yo soy el camino, y la verdad y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.


La vida es itinerario, compromiso, amor. El creyente sabe que es en la vida donde se juega LA V I D A O LA NO VIDA. Pero los cristianos, en el día de hoy, celebramos la vida. Cristo ha dado la vida para que nosotros podamos gozar el placer de la vida. Lo ha hecho gracias a la Cruz.

Hoy hacemos memoria de nuestros queridos difuntos. Los más cercanos, aquellos con los que compartimos la vida, a los que quisimos con amor sincero, que fueron nuestros amigos, vienen a nuestra memoria. En la fe, creemos que están vivos, que han nacido a una nueva realidad, a una vida más plena y feliz. No sabemos muy bien como es esa vida. Pero de nuestro Padre Dios sabemos que no podemos esperar nada malo. Hay que pasar por la muerte, por una pasión-pascua siempre complicada y difícil, hay que nacer a la vida nueva y para ello tenemos que morir a ésta. Entramos en lo desconocido pero de la mano, como siempre, del Dios de Jesús, Dios de misericordia y de todo consuelo, Dios de la Vida y no de la muerte. El Dios en el que hemos puesto nuestra confianza y nuestra esperanza.

El Crucificado ha resucitado y ha ido a prepararnos un sitio. Es el compendio de la fe, de nuestra esperanza cristiana y el sentido de nuestro amor. No conviene olvidar, desde la fe, que la muerte está hecha para no morir jamás. Por eso Jesucristo nos amó hasta el extremo, porque “amar a otro es decirle tú nunca morirás”.

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