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miércoles, 14 de marzo de 2012

SALIR A POR AMOR

Cuando te atrevas a salir de casa por amor, y a volver a ella dispuesto a amar, abrirás los ojos a la profundidad del corazón del hombre, que ni desea otras cosas, ni siente que le falte nada cuando tiene esto. Entonces te darás cuenta de la mendicidad con la que caminamos, en busca de algo y sin saber bien qué es, y reconocerás que puedes dar gratis aquello que otros anhelan sin medida. Y te enriquecerás. Y todo cambiará a tu alrededor. Y lo difícil será fácil. Y las discusiones serán diálogos. Y las peleas dejarán paso a los saludos. Y las dudas marcharán detrás de la confianza sin poder alcanzarla ni adelantarle el puesto. Y lo negro se inundará de color chillón y llamativo, signo indicativo de la Vida mayúscula. Y nadie sentirá que le falta lo que tiene, ni saciará su sed torpemente en los arroyos. La preocupación no será entonces el tiempo, sino cómo se vive el tiempo. Y dejaremos de pensar en posibilidades múlitples para múltiples satisfacciones, porque la austeridad dejará de ser el recurso de los pobres para ser la maravilla de los felices que no pretenden cosas teniendo aquello de lo que hablar con alegría, hermosura y pasión.

lunes, 12 de marzo de 2012

CUARESMA, ES LA HORA DE...



LA HORA DE LA CONVERSIÓN. Es una llamada a redescubrir nuestro origen. A poner en hora nuestra vida cristiana. No es tanto un esfuerzo personal cuanto, de nuevo, ir al encuentro de Aquel que nos ama.
LA HORA DE LA VERDAD. No caminamos hacia la nada. El tiempo de cuaresma nos pone en órbita hacia la Pascua. Nuestro final definitivo no es la gran mentira en la que viven sumidos muchos hombres. Nosotros, porque Cristo nos lo aseguró con su propia existencia, sabemos que hay una gran Verdad: la vida de Jesús y sus promesas.

LA HORA DE LA CARIDAD. Sin obras, nuestra fe, queda coja. Pero, nuestras obras sin referencia a Dios, pronto se agotan. Pueden derivar incluso en el puro humanismo. La hora de la caridad cuaresmal nos centra en Aquel donde nace el paradigma del amor: Cristo.

LA HORA DEL SILENCIO. El silencio es un bien escaso. No se encuentra en cualquier lugar ni se compra en cualquier establecimiento. Una campana, una iglesia abierta….pueden ser una llamada a poner en orden lo que tal vez llevamos atrasado: la visita con el Señor. La oración.

LA HORA DE LA PALABRA. ¿Cómo podemos encontrar el camino si no dejamos que el Señor nos lo indique? El reloj cuaresmal nos hace llegar con prontitud a la escucha de la Palabra. Es un tiempo de audición de lo santo, de captar aquello que es esencial para nuestra fe.

LA HORA DEL AYUNO. Acostumbrados a mirar al reloj para la hora de la comida, la cuaresma, lo paraliza. Nos hace comprender que, la ansiedad, no es buena consejera para tener hambre de Cristo. Es un buen momento para ayunar de excesos, malos modos, blasfemias, odios, ingratitud, preocupaciones, críticas…..

LA HORA DE LA PENITENCIA. Nos gusta el llano y antes que una simple carretera preferimos la autopista. La cuaresma nos recuerda que el sacrificio nos mantiene vigorosos, lo mismo que el entrenamiento hace grande y fuerte a un futbolista. Rectificar es de sabios y moderar ciertos comportamientos nuestros nos pueden encaminar a identificarnos más con Cristo.

LA HORA DE LA CONFESIÓN. Hasta la mejor prenda necesita, de vez en cuando, ser llevada a una buena lavandería. Nuestras almas, en las que se encuentra impreso el sello de Hijos de Dios, tienen derecho a ser puestas a punto. La hora de la confesión nos facilita un nuevo rostro: la alegría de sentirnos reconciliados con Dios y con nosotros mismos.

LA HORA DEL HERMANO. El encuentro con Jesús empuja al abrazo con el hermano. No podemos observar el reloj cristiano y, a continuación, olvidarnos de las horas amargas en las que viven los que nos rodean. Poner a punto nuestra vida cristiana nos exige ayudar a aquellas personas que quedaron rezagadas en la felicidad, en el bienestar o en el amor.

LA HORA DEL CORAZÓN. Las prisas y los agobios, el estrés o el ritmo de vida que llevamos…presionan en exceso la serenidad de nuestro corazón. El reloj cuaresmal procura que, el corazón, vaya despacio, medite, reflexione, ame y se oxigene a la sombra del Corazón de Cristo.

LA HORA DE LA MISA. Frecuentemente señalamos el reloj y preguntamos ¿y si tomamos un café? El reloj cuaresmal nos interpela ¿y por qué no una eucaristía diaria? Nunca, en tan poco tiempo, se nos ofrece tanto: acogida, perdón, calor, palabra, fuerza, silencio, amor, paz interior y poder saborear lo que sólo Jesús nos puede dar: su Cuerpo y su Sangre.

ES TIEMPO DE CAMBIAR

UNA CASA NUEVA- 3er. DOMINGO DE CUERESMA

jueves, 8 de marzo de 2012

jueves, 1 de marzo de 2012

NECESITO DE TU MISERICORDIA

En esta Cuaresma, necesito, Señor, de tu MISERICORDIA.
Quiero sentir mi debilidad,
mi pobreza, mi miseria,
para que puedas derramarla a borbotones.
Te necesito y necesito sentir en mí
tu MISERICORDIA infinita,
sólo así podré llevarla a mis hermanos,
sólo así, podré ser tu profeta.

martes, 23 de marzo de 2010

CONVIÉRTENOS SEÑOR


Convierte, Señor, nuestras manos para que sean abiertas y generosas.
Convierte, Señor, nuestros oídos para que estén abiertos a tu Palabra
y al clamor de los necesitados.
Convierte, Señor, nuestros ojos para que no miren a otro lado
ni se deslumbren por la riqueza.
Recibe, Señor, nuestra ceguera y transfórmala en luz.
Recibe, Señor, nuestro corazón endurecido
y transfórmalo en un corazón de carne.
Recibe, Señor, nuestro orgullo
y transfórmalo en humilde servicio.
Recibe, Señor, nuestro afán de consumir
y transfórmalo en austeridad y solidaridad.
Recibe, Señor, nuestras codicias
y transfórmalas en generosidad.
Recibe, Señor, nuestros miedos
y transfórmalos en confianza.
Recibe, Señor, nuestra indiferencia y pasividad
y transfórmalas en apasionamiento.
Recibe, Señor, nuestras crisis
y transfórmalas en madurez.
Recibe, Señor, nuestra agresividad
y transfórmala en no-violencia activa.
Recibe, Señor, nuestro desaliento y cansancios
y transfórmalos en esperanza.
Recibe, Señor, nuestros sufrimientos
y transfórmalos en sacramentos.
Recibe, Señor, nuestro realismo y lógica
y transfórmalos en apertura a la trascendencia.
Recibe, Señor, nuestra sequedad
y transfórmala en oración fecunda.

sábado, 20 de marzo de 2010

CONVERSIÓN


Sigue curvado sobre mí, Señor
remodelándome,aunque yo me resista.
¡Qué atrevido pensar que tengo yo mi llave!
¡Si no sé de mí mismo!
Si nadie, como Tu, puede decirmelo que llevo en mi dentro.
Ni nadie hacer que vuelvade mis caminos
que no son como los tuyos.
Sigue curvado sobre mí
tallándome aunque, a veces, de dolor te grite.
Soy pura debilidad,
-Tu bien lo sabes-,tanta, que, a ratos,
hasta me duelen tus caricias.
Lábrame los ojos y las manos,la mente y la memoria,
y el corazón,- que es mi sagrado-,
al que no Te dejo entrar cuando me llamas.
Entra, Señor, sin llamar, sin mi permiso.
Tu tienes otra llave, además de la mía,
que en mi día primero Tu me diste,
y que empleo, pueril, para cerrarme.
Que sienta sobre mí tu “conversión”
y se encienda la mía
del fuego de la Tuya, que arde siempre,
allá en mi dentro.
Y empiece a ser hermano, a ser humano,
a ser persona.
(Ignacio Iglesias, sj)

viernes, 27 de marzo de 2009

EN CUARESMA, ¡MÓJATE!



Joven, ¡atrévete!, esta Cuaresma, ¡MÓJATE!, implícate con la vida, confia en Dios...