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lunes, 9 de abril de 2012

¡RESUCITÓ EL SEÑOR, ALELUYA, ALELUYA!!

"Todo cristiano revive la experiencia de María Magdalena" porque "es un encuentro que cambia la vida". Jesús es "un hombre único, que nos hace sentir toda la bondad y la verdad de Dios, que nos libra del mal, no de un modo superficial, momentáneo, sino que nos libra de él radicalmente, nos cura completamente y nos devuelve nuestra dignidad". (Benedicto XVI)

miércoles, 14 de abril de 2010

ENVÍAME A MI


Envíame sin temor, que estoy dispuesto.
Quiero ser testigo que anuncie tu Resurrección.
No me dejes tiempo para inventar excusas,
ni permitas que intente negociar contigo.
Envíame, que estoy dispuesto.
Pon en mi camino gentes, tierras, historias,
vidas heridas y sedientas de ti.
No admitas un no por respuesta.
Envíame; a los míos y a los otros, a los cercanos y a los extraños,
a los que te conocen y a los que sólo te sueñan
y pon en mis manos tu tacto que cura;
en mis labios tu palabra que seduce;
en mis acciones tu humanidad que salva;
en mi fe la certeza de tu evangelio.
Envíame, con tantos otros que, cada día,
convierten el mundo en milagro.

lunes, 12 de abril de 2010

viernes, 9 de abril de 2010

lunes, 5 de abril de 2010

¡¡¡RESUCITÓ!!!

ES HORA DE ASOMARSE AL INFINITO
Es hora de salir al balcón de la vida, mirar el horizonte,
despertar al alba y sentirse llenos de alegría.
Es hora de asomarse al infinito, de anunciar y cantar,
trabajar y que es posible un mundo nuevo y distinto.
Es hora de entrar en la noche sin miedo y ser sus testigos;
descubrir su presencia entre fortaleciendo nuestras esperanzas y anhelos.
Es hora de romper los esquemas de siempre;
de escuchar las palabras del silencio;
gustar su presencia callada, confesar la vida, andar por los desiertos
y abrir nuevas sendas por donde pueda llegar el Reino.
Es hora de iniciar caminos nuevos, arriesgarlo todo,
apostar por Dios y su Reino.
Es hora de la Pascua, de Resurrección, de brindar por la Vida Plena
que el Señor nos sigue trayendo,
para ensanchar nuestro corazón y hacerlo más sensible y fraterno.
Feliz Pascua.
¡Aleluya!

lunes, 20 de abril de 2009

AHÍ APARECES TÚ, JESÚS


APARECE LA ESPERANZA.
Cuando algo nos dice que la última palabra no estuvo en la cruz, sino más allá. Cuando las bienaventuranzas se convierten en un grito poderoso que describe y transforma las historias. Cuando las nubes que a veces se ciernen sobre nuestras vidas no nos impiden seguir avanzando. Cuando alguien perdona y nos recuerda que es posible esa otra lógica tuya. Cuando en medio de las lágrimas se cuela una sonrisa inesperada. Ahí apareces Tú.

APARECE EL AMOR.
En gestos sencillos. En la entrega anónima de tantos hombres y mujeres que viven para otros y me recuerdan tu evangelio. En la fidelidad de mis gentes. En la acogida de las personas que nos necesitamos unos a otros. En el trabajo callado que merece la pena. En un abrazo sincero. En la visita al preso y al enfermo. En la capacidad de dar la vida día a día sin esperar aplausos ni reconocimientos. En la pasión por tu proyecto, que a veces nos llena de energía y nos pone en camino una y otra vez. Ahí apareces Tú.

APARECE LA ALEGRIA.
Al compartir vida, tiempo o sueños. Cuando el corazón nos dice que no estamos solos, porque tú vienes con nosotros. Al apreciar el valor de las cosas sencillas: un paseo, un café, unas risas… Al trabajar codo con codo, arrimando la espalda y soñando con mundos mejores. Cuando soy capaz de reírme de mí mismo. Cuando percibo que me miras con ternura y me ves mejor de lo que yo mismo me veo. Y entonces río por dentro y por fuera.

viernes, 17 de abril de 2009

EMAÚS



" En su mesa hay un sitio para ti..."
Atrévete a descubrirlo como los de Emaús
y comienza a construir ese mundo nuevo.

lunes, 13 de abril de 2009

¡ALELUYA! ¡HA RESUCITADO!



¡FELIZ PASCUA DE RESURRECCIÓN!

Te deseo que vivas este tiempo de PASCUA como un tiempo nuevo:
Tiempo de gracia, de liberación, de salvación.
Tiempo para encontrarnos en el don por excelencia que es Jesús Eucaristía.
Tiempo para abajarse ante los pequeños, y comunicarles que el sepulcro está vacío y por eso cantamos a la esperanza como la forma más espléndida de libertad.
Tiempo para amar y dejarnos amar.
Tiempo para no dejar a nadie al margen.
Tiempo para un cruce de miradas con el Crucificado que ha sido Resucitado por el Padre por amor.
Tiempo para confianza audaz en el poder del Padre.
Tiempo para colocarnos como presencia esperanzada en medio del mundo, para pasar de los lamentos a los cantos de alegría por el triunfo de Cristo.
Tiempo para perdonarnos unos a otros, para darnos la paz, y ser así un signo en medio de todos los conflictos e injusticias.
Tiempo para pasar de la cobardía a la valentía, del miedo a la serenidad, de la oscuridad a la aurora luminosa de la Pascua.
Tiempo para abrir las manos y acoger los dones de la Pascua.