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viernes, 27 de abril de 2012

TÚ SABES QUE TE QUIERO :)



Y lo sabes... sabes que te quiero, porque te lo digo todos los días y a todas las horas... ¡y no me cansaré de repetírtelo!... en el metro, en el bus, cuando cruzas una calle, cuando te sonríen y saludan, cuando la brisa del mar golpea tu cara, cuando te atreves a darte más, cuando sales de tí mismo o de tí misma, cuando te sientas o levantas, cuando tratas de ser alguien en tu vida... ¡ahí! ¡ahí sabes que te quiero!... aunque te cuesta descubrirlo. ¿Y si te lo escribiera en el cielo?
Pero yo, en el fondo, sé que lo sabes... que sabes que quiero, porque ya me lo dijiste una vez, a la orilla del mar, hace muchos años... entonces eras Pedro. Hoy, eres TÚ. Con tus indecisiones y carencias (como él, a ver si te crees que lo de Pedro fue un ¡ala! ¡de golpe!), con tus pequeñeces y grandezas... eres TÚ quien dice, como él, como Pedro, "Tú lo sabes todo Señor, tú sabes que te quiero".
Por eso ¡gracias! Por tu respuesta, por tu valentía, por tu coraje, por tu entrega, por dar más de ti y por tu SÍ.
Este domingo, el IV del tiempo pascual, en la Iglesia celebramos la Jornada Mundial por las vocaciones.

Necesitamos muchas vocaciones de especial consagración: en la vida contemplativa, monjes y monjas; en la vida apostólica del trabajo parroquial, de la atención a los necesitados de tantas carencias, de la tarea educativa, de la beneficencia; en la vida consagrada dentro del mundo, como son los institutos seculares y las vírgenes consagradas. Las vocaciones de especial consagración son el buen olor de Cristo, un perfume de alta calidad, que transparenta la belleza del Evangelio y de la vida cristiana.

La vocación es un don de Dios, porque es Dios el que llama, tocando el corazón y atrayendo suavemente como El sabe hacerlo. No violenta la libertad, sino que la sana para que pueda ser más libre en su respuesta. La vocación se cuece en el santuario de la conciencia donde Dios hace sentir su llamada y produce el atractivo de seguirle. La vocación es también respuesta de la libertad humana, es mérito de la persona humana que arriesga su vida, entregándola a Dios para el servicio de los hermanos.

El amor de Dios suscita amor y provoca respuestas de amor. En el diálogo de Jesús con Pedro, cuando le llama para ponerle al frente de su Iglesia, Jesús le examina de amor: “Simón, ¿me quieres?” Pedro responde afirmativamente, y al ser preguntado reiteradamente, se abandona en las manos de Jesús para decirle: “Señor, tú lo sabes todo, tú sabes que te quiero” (Jn 21,17). El lema de este año nos sitúa ante ese amor de Dios, que va delante y que busca la correspondencia de una respuesta de amor, nos recuerda que sólo en la tensión del amor puede haber réplica vocacional, nos invita a pedir al Señor que por su Caridad infinita nos envíe nuevas vocaciones en todos los campos para afrontar con esperanza la tarea de la Nueva Evangelización. (D. Demetrio, Obispo de Córdoba)

jueves, 2 de febrero de 2012

JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA

Los consagrados están llamados por su vocación, consagración y misión a vivir un estilo de vida, que exige, en primer lugar, la santidad de vida a la que toda la Iglesia está llamada. Este estilo se expresa visiblemente en los consejos evangélicos vividos en comunidad. A través de ellos se manifiesta la radicalidad y la novedad del seguimiento de Jesucristo.

La consagración es así instrumento de nueva evangelización. El beato Juan Pablo II, en la exhortación apostólica Vita consecrata, en un número dedicado a la nueva evangelización, afirmaba que «para hacer
frente de manera adecuada a los grandes desafíos que la historia actual pone a la nueva evangelización, se requiere que la vida consagrada se deje interpelar continuamente por la Palabra revelada y por los signos de
los tiempos […] Las personas consagradas, en virtud de su vocación específica, están llamadas a manifestar la unidad entre autoevangelización y testimonio, entre renovación interior y apostólica, entre ser y actuar, poniendo de relieve que el dinamismo deriva siempre del primer elemento del binomio» (VC, 81).

Oh Señor: mira con ojos de misericordia a estos hijos tuyos y a estas hijas tuyas: un día nos llamaste y nosotros te seguimos. Lo dejamos todo por Ti. Renueva hoy en nuestras vidas el fuego ardiente del amor primero. Ayúdanos a caminar presurosos tras tus huellas e infunde en nuestros corazones el auténtico seguimiento que nace del Evangelio. Danos la adhesión del corazón a tu Palabra y la comunión sincera con nuestra Madre la Iglesia. Haznos fieles cooperadores de la Verdad y leales colaboradores de tu Reino.


viernes, 14 de octubre de 2011

¡AQUÍ NOS TIENES, SEÑOR!




"¿Qué buscáis?. Maestro, ¿dónde vives?... Venid y lo veréis" (Jn 1, 37-39)


Irene, Isabel y Febronia, jóvenes keniatas, han escuchado esta invitación del Señor y, dejando atrás sus familias, su cultura, su país y tras un primer tiempo compartido en nuestra casa de Alcantarilla, han dado el primer paso en el seguimiento de Jesús: su ingreso al postulantado. En una celebración sencilla y muy emotiva, M. Consuelo López, Superiora General, les impuso la medalla, que las identifica como jóvenes en formación en la Congregación.


Han dado este paso llenas de alegría y con el convencimiento de querer seguir al Señor en el camino que un día emprendiera M. Piedad de la Cruz. Como ella, quieren decir al Corazón de Jesús: "Señor, si me necesitas, aquí estoy".


Seguid los consejos que M. Piedad daba a la jóvenes en formación:


"Hijas mías... aunque pequeñitas, procuren ser sólidas, fuertes, pues el Señor se vale a veces de elementos pobres y pequeños para cosas grandes; sean muy buenas y agradecidas a la gracia de la vocación y no teman las borrascas y los huracanes que se presentarán en la vida religiosa".


¡Felicidades hermanitas! Que el Sagrado Corazón os bendiga y os ayude en este camino que acabáis de emprender y que vuestro testimonio, sea ejemplo para otras jóvenes que quieren seguir al Señor.

martes, 20 de septiembre de 2011

NOVICIADO, UN TIEMPO PARA ENAMORARSE DE JESÚS



Estamos de enhorabuena y queremos felicitar a nuestras hermanas Victoria y Lucy que el 8 de Septiembre dieron un paso más en la respuesta a la llamada que Jesús les ha hecho: comenzaron su NOVICIADO. Fue una celebración muy sencilla, pero muy emotiva.


¡Felicidades hermanitas!¡Qué hermoso que hoy día hay jóvenes que se comprometen a seguir al Señor en la vida consagrada! Nada hay más hermoso que seguir la llamada de Jesucristo. Os espera un bello camino junto a Él. Que vuestra vida de intimidad con Él os vaya enseñando a tener los mismos sentimientos de su corazón, a ser PROFETAS DE SU MISERICORDIA como lo fue M. Piedad de la Cruz. Que sea un tiempo de enamorarse plenamente de Él. ¡FELICIDADES!


Y tú, ¿te atreves a dar una respuesta tan generosa?...

jueves, 3 de febrero de 2011

JÓVENES CONSAGRADOS, UN RETO PARA EL MUNDO




Como cada año desde que Juan Pablo II lo instituyera en 1997, hoy, día 2 de febrero se celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada. Este año, y aprovechando la próxima visita del Papa en la Jornada Mundial de la Juventud, el lema elegido en España es "Jóvenes consagrados, reto para el mundo. Firmes en la fe".

Con este motivo, el Arzobispo electo de Oviedo y Presidente de la Comisión Episcopal para la Vida Consagrada, Mons. Jesús Sanz, ha hecho público un mensaje en el que habla de "la juventud no es un factor cronológico sin más, sino una actitud ante la vida, con la mente y el corazón. Hay viejos prematuros o jóvenes perennes, y esto lo da no tanto la edad sino el modo de vivir las cosas. Firmes en la fe significa para un cristiano, y máxime para un consagrado, estar arraigados en esa tierra que acoge las raíces y las permite nutrir a fin de que el árbol plantado junto a la buena acequia pueda seguir dando frutos en sazón".

Mons. Sanz ha continuado sus palabras asegurando que "el testimonio de los jóvenes consagrados acerca apasionadamente al Señor, hablando de una firmeza que arraiga en las auténticas raíces, y que narran desde un carisma suscitado por el Espíritu Santo en su Iglesia, lo que los demás jóvenes y el mundo entero necesitan ver: que los cristianos somos la prolongación en la historia la salvación de Dios".

El presidente de la CONFER, el jesuita Elías Royón, ha usado, como hilo conductor de su mensaje, las palabras de San Pablo a la comunidad de Corinto para animar a seguir firmes en la fe, "Será siempre", dice el mensaje, "el desafío y el anhelo esencial de nuestras vidas consagradas: permanecer arraigados en la roca que no se desmorona ni cede ante los vientos y las tempestades; llamados a dar testimonio del primado absoluto de Dios, del sentido trascendente de la vida y de los valores que ello comporta, ofreciendo a nuestra sociedad un estilo de vida alternativo donde prive la centralidad de Dios".

martes, 2 de febrero de 2010

TESTIGOS DEL DIOS DE LA VIDA



Los consagrados somos peregrinos, testigos del Dios de la Vida. En medio de la noche de nuestro mundo, encendemos una LUZ en el nombre de JESÚS.

CAMINOS DE CONSAGRACIÓN

Los vemos caminar pausadamente, con una cadencia delicada y firme, con mochila en ristre y bastón de apoyo. Son los peregrinos que cada año pasean los diversos caminos que conducen a una meta singular: Santiago de Compostela. La vida consagrada es también una peregrinación, que pone en marcha nuestra mejor pertenencia hacia el Tú que a cada uno ha convocado el Señor cuando pronunció con sus labios divinos nuestro nombre diciéndonos ¡ven!
El paso de los siglos ha ido dejando estelas en un camino que cruzó nuestra tierra, un camino que tenía como origen la búsqueda de la belleza y del bien que palpita en el corazón humano, y que ha hallado como respuesta a todas sus preguntas el encuentro con aquel Hombre Dios que no sólo nos dijo cuál era el camino sino que se puso a recorrerlo con nosotros. Cristo es Camino y caminante junto a cada uno de nosotros.
Entre los primeros testigos que Él llamó en la Palestina de entonces, algunos fueron luego enviados para que narrasen cuanto habían visto y oído. Aquellos primeros apóstoles, enviados, siguieron el mandado del Maestro y fueron hasta los confines de la tierra para anunciar una Buena Noticia portadora de la luz y la esperanza que Cristo mismo nos alumbró.
Santiago nos contó lo que escuchó en los labios del Maestro, quiso compartir su asombro agradecido al ver de mil modos la ternura y la misericordia de Dios que se hacía gesto liberador de tantas cautividades, y nos dejó plasmado en su predicación ese Evangelio que prendió en sus entrañas. Sus dificultades fueron no pocas en aquella Hispania romana que no se abría tan fácilmente a la novedad que el apóstol nos traía, pero dejó sembrada la palabra de Jesús, y nos repartió de tantas maneras su gracia, tanto, tanto, que al morir en Jerusalén irían los discípulos hispanos a recoger su cuerpo para traerlo hasta el finisterrae de sus andanzas apostólicas.
Desde entonces, tras el hallazgo milagroso que la tradición nos atestigua del cuerpo de Santiago en el Campus Stellae, Compostela, han sido muchos los que han querido hacer este camino, cuyo año jubilar estamos celebrando. Son muchas las estelas, tantas como estrellas, que nos han dejado el precioso testimonio del afán sincero de los romeros y peregrinos que han recorrido esta senda.
Compartimos con todos ellos la necesidad de salir de nosotros mismos, y poner hondura y verdad en tantas cosas que nos complican nuestro cotidiano caminar, haciendo torpe o mezquino lo que alguna vez hemos soñado como hermoso y grácil. Todas nuestras preguntas nos hacen peregrinos de una Verdad que tiene rostro y tiene nombre, y nos ponen en la andanza de un camino que tiene meta. Santiago peregrinó hasta aquí para darnos a Jesucristo, nosotros peregrinamos a Santiago para encontrarnos con Jesús el Señor.
Nuestra tierra se honra en el recuerdo de esta historia, y reconoce en las huellas que otros hombres y mujeres han dejado las señales iluminadoras que quieren orientar nuestros pasos de hoy y los que mañana recorreremos. El arte, la cultura, la hospitalidad, la vocación andariega y el sabernos peregrinos de lo mejor encuentran en este Camino de Santiago una senda que nos habla del hombre
y que nos habla de Dios.
Y esto es lo que los santos fundadores han plasmado también con los carismas que, como estelas, Dios ha querido señalar. Son estelas que recuerdan palabras o gestos de Jesús, y que se confían a una familia religiosa como custodios de ese memorial evangélico. Los hombres y mujeres de una generación necesitan estas señales que representan los carismas de la vida consagrada. Somos caminantes y peregrinos, y recorriendo las sendas de la vida el Señor nos constituye en portadores y portavoces de una santa tensión, por la que, teniéndole a Él como origen y como destino de nuestra andadura, recordamos a los hermanos que este camino tiene meta.


Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Presidente de la C.E. para la Vida Consagrada