jueves, 2 de febrero de 2012

JORNADA MUNDIAL DE LA VIDA CONSAGRADA

Los consagrados están llamados por su vocación, consagración y misión a vivir un estilo de vida, que exige, en primer lugar, la santidad de vida a la que toda la Iglesia está llamada. Este estilo se expresa visiblemente en los consejos evangélicos vividos en comunidad. A través de ellos se manifiesta la radicalidad y la novedad del seguimiento de Jesucristo.

La consagración es así instrumento de nueva evangelización. El beato Juan Pablo II, en la exhortación apostólica Vita consecrata, en un número dedicado a la nueva evangelización, afirmaba que «para hacer
frente de manera adecuada a los grandes desafíos que la historia actual pone a la nueva evangelización, se requiere que la vida consagrada se deje interpelar continuamente por la Palabra revelada y por los signos de
los tiempos […] Las personas consagradas, en virtud de su vocación específica, están llamadas a manifestar la unidad entre autoevangelización y testimonio, entre renovación interior y apostólica, entre ser y actuar, poniendo de relieve que el dinamismo deriva siempre del primer elemento del binomio» (VC, 81).

Oh Señor: mira con ojos de misericordia a estos hijos tuyos y a estas hijas tuyas: un día nos llamaste y nosotros te seguimos. Lo dejamos todo por Ti. Renueva hoy en nuestras vidas el fuego ardiente del amor primero. Ayúdanos a caminar presurosos tras tus huellas e infunde en nuestros corazones el auténtico seguimiento que nace del Evangelio. Danos la adhesión del corazón a tu Palabra y la comunión sincera con nuestra Madre la Iglesia. Haznos fieles cooperadores de la Verdad y leales colaboradores de tu Reino.


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