sábado, 1 de noviembre de 2008


Bienaventurados los pobres de espíritu, los mansos, los que lloran, los que tienen hambre y sed de justicia, los misericordiosos, los limpios de corazón, los que trabajan por la paz, los perseguidos, alegraos y regocijaos….repites hoy estas palabras, Señor, y regalas la bienaventuranza de recibir el reino de los cielos y de ser considerados hijos tuyos. Contemplo la multitud de tus bienaventurados en nuestro mundo y te expreso mi deseo de responder a la llamada a la santidad que me haces, a la bienaventuranza.

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