domingo, 23 de mayo de 2010

RECIBID EL ESPÍRITU SANTO


Lectura del santo evangelio según san Juan 20, 19-23

Al anochecer de aquel día, el día primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: - «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: - «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: - «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.»

El miedo nos atenaza como antes de Pentecostés a los discípulos. Nos tienta, para que no hablemos de Dios. Nos mete la idea de que si hablamos, entonces los demás nos mirarán como si fuéramos personas raras. El miedo nos hace sentir vergüenza: ¿qué van a decir si invito a este amigo para que vaya a Misa conmigo? o ¿qué pensará si le digo que haga un rato de oración o que se confiese...? Hoy gritamos: Ven, Espíritu Santo, llena los corazones de tus fieles. María está llena del Espíritu Santo. Ella nos lleva al Señor casi sin darnos cuenta. Con Ella el amor a Dios entra solo y va directo al corazón. Que el Espíritu Santo nos renueve a cada uno. Feliz Fiesta de Pentecostés.

PENTECOSTÉS. INUNDARNOS DE PAZ

jueves, 13 de mayo de 2010

domingo, 9 de mayo de 2010

OS DEJO LA PAZ

Lectura del santo evangelio según. san Juan 14, 23-29

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: - «El que me ama guardará mi palabra, y mi Padre lo amará, y vendremos a él y haremos morada en é1. El que no me ama no guardará mis palabras. Y la palabra que estáis oyendo no es mía, sino del Padre que me envió. Os he hablado de esto ahora que estoy a vuestro lado, pero el Defensor, el Espíritu Santo, que enviará el Padre en mi nombre, será quien os lo enseñe todo y os vaya recordando todo lo que os he dicho. La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el mundo. Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. Me habéis oído decir: "Me voy y vuelvo a vuestro lado." Si me amarais, os alegraríais de que vaya al Padre, porque el Padre es más que yo. Os lo he dicho ahora, antes de que suceda, para que cuando suceda, sigáis creyendo.»


Que nadie os quite la Paz del Señor. La paz del mundo basada en tantos intereses y aparentes consensos, no es como la que nos ofrece el Señor resucitado. En la misma Eucaristía nos ofrecemos la paz, se la entregamos al otro como Cristo nos la entrega a nosotros. Es uno de sus muchos regalos también en este tiempo de Pascua.
El Señor nos deja una vida pacificada por su amor. En el mundo de hoy se necesita la paz en el corazón de los hombres. Amar al Señor es escuchar y vivir desde su Palabra. Llevarla a la vida diaria. Y para ello se nos promete el envío del Defensor, del Paráclito, del Espíritu Santo, a través del cual hablará Jesucristo. Ese Espíritu que procede del Padre y del Hijo y su tarea es la de santificarnos. Él nos enseñará todas las cosas, nos recordará todo lo que nos ha dicho el Señor, nos irá abriendo caminos para el encuentro con nuestro Dios en la vida fraterna con el hermano. Nos abrirá el entendimiento y el corazón.

La Virgen María todo esto lo entendió a la perfección, que ella nos ayude a confiar en ese Espíritu que se nos dará como a Ella misma se le dio.

domingo, 2 de mayo de 2010

ALGO NUEVO HA COMENZADO

AMAOS


Lectura del santo evangelio según san Juan 14,7-14
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: -«Si me conocéis a mi, conoceréis también a mi Padre. Ahora ya lo conocéis y lo habéis visto.» Felipe le dice: - «Señor, muéstranos al Padre y nos basta.» Jesús le replica: - «Hace tanto que estoy con vosotros, ¿y no me conoces, Felipe? Quien me ha visto a mí ha visto al Padre. ¿Cómo dices tú: "Muéstranos al Padre"? ¿No crees que yo estoy en el Padre, y el Padre en mí? Lo que yo os digo no lo hablo por cuenta propia. El Padre, que permanece en mi, hace sus obras. Creedme: yo estoy en el Padre, y el Padre en mi. Si no, creed a las obras. Os lo aseguro: el que cree en mi, también él hará las obras que yo hago, y aún mayores. Porque yo me voy al Padre; y lo que pidáis en mi nombre, yo lo haré, para que el Padre sea glorificado en el Hijo. Si me pedís algo en mi nombre, yo lo haré.»
En el mundo en el que nos movemos es cierto que necesitamos de testigos y testimonios de la verdad, antes que bonitas palabras. Y el mejor testimonio es vivir desde el Amor de Dios, así se construirán esos cielos nuevos y tierra nueva. La fuerza que debe dinamizar la construcción de ese nuevo mundo no es otra que el Amor.
Jesús, con su vida, con su palabra y su obra y con el amor con el cual hizo nuevas todas las cosas, empezó a hacer realidad un mundo marcado con otros valores. Lo nuevo no es que se hable del amor, porque desde tiempos inmemoriales se habla del amor. Lo nuevo es el amor al estilo de Jesús. La sinceridad, el servicio, la cercanía, la entrega y la donación total con las cuales Jesús manifestó su amor a sus amigos y a cada uno de nosotros. Por este motivo hoy el evangelio nos hace una invitación muy concreta: “Os doy un mandamiento nuevo: que os améis unos a otros como yo os he amado”.

sábado, 1 de mayo de 2010

MES DE MAYO, MES DE MARÍA

Comienza el mes de mayo. Sentimos la necesidad de este mes, este mes tuyo Madre, este mes en el que te honraremos, en el que pensaremos en ti, en el que nos confiaremos a tu protección. El mes de mayo, Madre, tu mes.
Para vivirlo:
- Cada día un mensaje para poner en práctica durante la jornada y una petición.- Encomendar a los sacerdotes en este año sacerdotal y a las vocaciones a nuestra familia Salesiana, en este Año Vocacional, a la Virgen en este mes.
-Tengamos un lugar especial en nuestro hogar para nuestra Madre, cada día una pequeña y sencilla flor que acompañe su imagen , una vela encendida cuando recemos ante ella, una inclinación de cabeza en algunos momentos que pasemos delante, una jaculatoria, un beso, …¡ qué sé yo! cada uno conoce las muestras de cariño puede ofrecerle. Hagámonos pequeños, seamos verdaderos niños que con amor quieren hacer sonreír a su Madre.
Que María, nuestra Madre, nos acompañe en este caminar hacia su Hijo acompañados por Ella. Que Ella interceda ante el Señor por las vocaciones.

lunes, 26 de abril de 2010

BOCAIRENTE 2010

JOVEN
Te invitamos a conectarte a la VIDA,
a zambullirte en el océano de la bondad
y de la belleza,
a aprovechar la vida,
a vivir a tope cada momento,
especialmente éste,
a darte cuenta de que estás vivo
y deseas vivir con mayor intensidad,
desde lo más hondo.
A vivir la vida y vivirla en abundancia
a defender la vida,
a quererla y luchar por ella hasta rabiar,
a dar sentido a tu existencia
a compartir tus ideales con otros jóvenes,
a…
a apostar por la VIDA,
a apostar por JESÚS de Nazaret,
que es la VIDA porque ha RESUCITADO
al estilo de M. PIEDAD,
como ella, con ella, desde ella...
diciendo SI a la VIDA.

¡VEN A ESTE ENCUENTRO EN BOCAIRENTE!
¡TE ESPERAMOS!
Ponte en contacto con nosotras a través de e-mail:

domingo, 25 de abril de 2010


Lectura del santo evangelio según san Juan 10, 27-30
En aquel tiempo, dijo Jesús: - «Mis ovejas escuchan mi voz, y yo las conozco, y ellas me siguen, y yo les doy la vida eterna; no perecerán para siempre, y nadie las arrebatará de mi mano. Mi Padre, que me las ha dado, supera a todos, y nadie puede arrebatarlas de la mano del Padre. Yo y el Padre somos uno.»
Señor, que siempre reconozca tu voz entre los ruidos de mi vida,
que nunca suelte mi mano de la tuya para andar mis pasos,
que confíe, Padre, en la seguridad de que Tú me sostienes,
que sea capaz de abandonarme en tus brazos...
Gracias por conocerme, Dios mío,
por ocuparte de mí, por acompañar mi camino,
por ofrecerme tu cobijo,por darme paz,
por cuidarme y atenderme,
por fortalecer y dar sentido a mis actos.
Padre, que asuma mi necesidad de Ti,
que busque en Ti aliviar mis temores, mis dudas, mis miedos...
que me aferre a tu mano poderosa y me fije en tu rostro cercano,
para no desfallecer, para no desistir de seguirte, de tu Palabra,
para tener siempre presente Tu Amor.

BUSCAMOS PASTORES


viernes, 23 de abril de 2010

MAESTRO, ¿DÓNDE VIVES?


Yo estaba cerca de Juan Bautista cuando le oí decir algo sorprendente acerca de un hombre que pasaba: "Ahí va el Cordero de Dios" (Jn 1, 35- 39). ¿El Cordero de Dios? Era un extraño título que me hizo pensar en el Siervo de Yahvé del que habla Isaías (Is 53). Miré a Andrés y ví que estaba tan intrigado como yo, le hice un signo en silencio y nos fuímos detrás de Él. debió darse cuenta de que le seguíamos pero no se dio la vuelta, y nosotros no nos atrevíamos a adelanatarle. De pronto recordé a MOisés queriendo ver el rostro del Señor pero sin poder ver más que su espalda( Ex 34, 23). Lueg, inesperadamente, el desconocido se volvió y nos preguntó: "¿A quién buscáis?". No supimos qué decir y contestamos con otra pregunta que era una evasiva, porque no nos atrevíamos a confesarle que era a él a quien buscábamos: - Maestro, ¿dónde vives? " Venid y ved", respondió, como si fuera lo más natural encontrar gente que quisiera seguirle. Nos fuimos con él y nos quedamos todo el día. Así empezó todo.

(Contar a Jesús. Dolores Aleixandre)

jueves, 22 de abril de 2010



Oración
El nombre que me diste
No sé cómo me llamo...
Tú lo sabes, Señor.
Tú conoces el nombre
que hay en tu corazón
y es solamente mío;
el nombre que tu amor
me dará para siempre
si respondo a tu voz.
Pronuncia esa palabra
de júbilo o dolor...
¡Llámame por el nombre
que me diste, Señor!
(Ernestina de Champourcin)


XLVII JORNADA MUNDIAL DE ORACIÓN POR LAS VOCACIONES
25 de abril de 2010

martes, 20 de abril de 2010

SAL DE TU TIERRA...

El Señor dijo: "Sal de tu tierra".
Y el Señor dijo: "¡En marcha!"
y yo dije: "¿Quién yo? '
y Dios dijo:.
"Sí, tú"
Y yo dije:
“Pero aún no estoy libre
y vivo en compañía,
y no puedo dejar a mis hijos;
ya sabes que no hay nadie que me pueda suplir"
Y dijo Dios: "Estás poniendo pegas".

Y el Señor dijo otra vez:
¡"En marcha”!
y yo dije: "Pero no quiero"
Y Dios dijo:
"Yo no te he preguntado si quieres"
Y yo dije:
"Mira que no soy ese tipo de personas
que se mete en líos;
además a mi familia no le va a gustar,
y ¿qué van a pensar los vecinos?"
Y dijo Dios: "¡Cobarde!".

Y por tercera vez el Señor dijo: "¡En marcha!".
Y yo dije:
"¿Tengo que hacerlo?"
Y dijo Dios:
¿Me amas?"
Y yo dije:
" Verás, me da mucho reparo...
A la gente no le va a gustar...
y me van a hacer picadillo...
No puedo hacerlo sin ayuda"
Y Dios dijo: "¿Y dónde crees que estaré yo?"

Y el Señor dijo:
"¡En marcha!"
Y yo dije con un suspiro"
¡Aquí estoy, envíame!

domingo, 18 de abril de 2010

¿QUÉ RESPONDES TÚ?...



Iniciamos la Semana para la Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones. Con la oración aprendemos a responder a Dios con un ¡HÁGASE!, como María.
Adéntrate esta semana en la Oración y responde a lo que el Señor te pida. Escucha el susurro de su Voz en tu corazón y allí, en el silencio, responde.
Une tu oración a toda la Iglesia, que se une a una sola voz para que el Señor envíe vocaciones a la vida sacerdotal, religiosa, laical, en una palabra, a seguir a Jesús bien de cerca.
Es tiempo de decir , ¿QUÉ RESPONDES TÚ?...

VIDAS ABULTADAS Y ABUNDANTES- 3er. DOMINGO DE PASCUA

sábado, 17 de abril de 2010

VIVIR ENAMORADO


Lectura del santo evangelio según san Juan 21, 1-14
En aquel tiempo, Jesús se apareció otra vez a los discípulos junto al lago de Tiberiades. Y se apareció de esta manera: Estaban juntos Simón Pedro, Tomás apodado el Mellizo, Natanael el de Caná de Galilea, los Zebedeos y otros dos discípulos suyos. Simón Pedro les dice: - «Me voy a pescar.» Ellos contestan: - «Vamos también nosotros contigo.» Salieron y se embarcaron; y aquella noche no cogieron nada. Estaba ya amaneciendo, cuando Jesús se presentó en la orilla; pero los discípulos no sabían que era Jesús. Jesús les dice: - «Muchachos, ¿tenéis pescado?» Ellos contestaron: - «No.» Él les dice: - «Echad la red a la derecha de la barca y encontraréis. » La echaron, y no teman fuerzas para sacarla, por la multitud de peces. Y aquel discípulo que Jesús tanto quería le dice a Pedro: - «Es el Señor.» Al oír que era el Señor, Simón Pedro, que estaba desnudo, se ató la túnica y se echó al agua. Los demás discípulos se acercaron en la barca, porque no distaban de tierra más que unos cien metros, remolcando la red con los peces. Al saltar a tierra, ven unas brasas con un pescado puesto encima y pan. Jesús les dice: - «Traed de los peces que acabáis de coger.» Simón Pedro subió a la barca y arrastró hasta la orilla la red repleta de peces grandes: ciento cincuenta y tres. Y aunque eran tantos, no se rompió la red. Jesús les dice: - «Vamos, almorzad,» Ninguno de los discípulos se atrevía a preguntarle quién era, porque sabían bien que era el Señor. Jesús se acerca, toma el pan y se lo da, y lo mismo el pescado. Ésta fue la tercera vez que Jesús se apareció a los discípulos, después de resucitar de entre los muertos.
El canadiense B. Lonergan ha sido el último teólogo que ha recordado demanera penetrante que «creer es estar enamorado de Dios». ¿Qué puede pensar hoy alguien que escuche esta afirmación? Por lo general, los teólogos no hablan de estas cosas, ni los predicadores se detienen en sentimentalismos de este género. Y, sin embargo, ¿qué otra cosa puede ser confiarse a un Dios que es sólo Amor? Nada nos acerca con más verdad al núcleo de la fe cristiana que la experiencia del enamoramiento. La idea no es la «genialidad» de un teólogo piadoso, sino la tradición constante de la teología mística que arranca del cuarto evangelio: «Como el Padre me ha amado, así os he amado yo:permaneced en mi amor». El enamoramiento es, probablemente, la experiencia cumbre de la existencia humana. Nada hay más gozoso. Nada llena tanto el corazón. Nada libera con más fuerza de la soledad y del egoísmo. Nada ilumina y potencia con más plenitud la vida. Los místicos lo saben. Por eso, cuando hablan de su fe y entrega a Dios, se expresan como los enamorados. Se sienten tan atraídos por Él que Dios comienza a ser el centro de su vida. Lo mismo que el enamorado llega a vivir de alguna manera en la persona amada, así les sucede a ellos. No sabrían vivir sin Dios. Él llena su vida de alegría y de luz. Sin Él les invadiría la tristeza y la pena. Nada ni nadie podría llenar el vacío de su corazón. Alguien podría pensar que todo esto es para personas especialmente dotadas para vivir el misterio de Dios. En realidad, estos creyentes enamorados de Dios nos están diciendo hacia dónde apunta la verdadera fe. Ser creyenteno es vivir «sometido» a Dios y a sus mandatos. Antes que nada, es vivir«enamorado» de Dios. Para el enamorado no es ningún peso recordar a la persona amada, sintonizar con ella, corresponder a sus deseos. Para el creyente enamorado de Dios no es ninguna carga estar en silencio ante él, acogerlo en oración, escuchar su voluntad, vivir de su Espíritu. Aunque lo olvidemos una y otra vez, la religión no es obligación, es enamoramiento.En este contexto la escena evangélica del cuarto evangelio cobra una hondura especial. La pregunta de Jesús a Pedro es decisiva: «Simón, hijode Juan, ¿me quieres?» La respuesta de Pedro es conmovedora: «Señor, tú lo conoces todo, tú sabes que te quiero».
(J. A. PAGOLA)

miércoles, 14 de abril de 2010

ENVÍAME A MI


Envíame sin temor, que estoy dispuesto.
Quiero ser testigo que anuncie tu Resurrección.
No me dejes tiempo para inventar excusas,
ni permitas que intente negociar contigo.
Envíame, que estoy dispuesto.
Pon en mi camino gentes, tierras, historias,
vidas heridas y sedientas de ti.
No admitas un no por respuesta.
Envíame; a los míos y a los otros, a los cercanos y a los extraños,
a los que te conocen y a los que sólo te sueñan
y pon en mis manos tu tacto que cura;
en mis labios tu palabra que seduce;
en mis acciones tu humanidad que salva;
en mi fe la certeza de tu evangelio.
Envíame, con tantos otros que, cada día,
convierten el mundo en milagro.

lunes, 12 de abril de 2010

domingo, 11 de abril de 2010

VIVIR Y CREER- 2º DOMINGO DE PASCUA

CREER


Lectura del santo evangelio según san Juan (20,19-31)

Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban los discípulos en una casa, con las puertas cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les dijo: «Paz a vosotros.» Y, diciendo esto, les enseñó las manos y el costado. Y los discípulos se llenaron de alegría al ver al Señor. Jesús repitió: «Paz a vosotros. Como el Padre me ha enviado, así también os envío yo.» Y, dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: «Recibid el Espíritu Santo; a quienes les perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos.» Tomás, uno de los Doce, llamado el Mellizo, no estaba con ellos cuando vino Jesús. Y los otros discípulos le decían: «Hemos visto al Señor.» Pero él les contestó: «Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no lo creo.» A los ocho días, estaban otra vez dentro los discípulos y Tomás con ellos. Llegó Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio y dijo: «Paz a vosotros.» Luego dijo a Tomás: «Trae tu dedo, aquí tienes mis manos; trae tu mano y métela en mi costado; y no seas incrédulo, sino creyente.» Contestó Tomás: «¡Señor mío y Dios mío!» Jesús le dijo: «¿Porque me has visto has creído? Dichosos los que crean sin haber visto.» Muchos otros signos, que no están escritos en este libro, hizo Jesús a la vista de los discípulos. Éstos se han escrito para que creáis que Jesús es el Mesías, el Hijo de Dios, y para que, creyendo, tengáis vida en su nombre.


Creer no es sólo conocer a Jesús. No es sólo haber escuchado sus palabras. Ni siquiera es estar convencido de que su mensaje es bueno para la humanidad. Creer es haberse encontrado con Jesús y haber metido, como Tomás, los dedos en sus llagas y las manos en su costado. Creer es reconocer que en Jesús la vida ha triunfado sobre la muerte y que en él Dios ha abierto la humanidad a la esperanza de una vida nueva. Creer es dejar que el espíritu de Jesús resucitado se meta bien adentro en nuestros corazones y recree la esperanza. Creer es confiar en que el Abbá de Jesús respondió al órdago a la grande que le plantearon las autoridades judías cuando decidieron eliminar a Jesús. Creer es asumir con el corazón y con la vida que Dios está por nosotros, que se preocupa de nosotros, que somos sus hijos e hijas queridos, que nadie se queda fuera de su amor ni de su promesa de vida.

sábado, 10 de abril de 2010

BANDO VOCACIONAL


A todo joven que quiera seguir a Jesucristo se le informa que...

No tiene por qué renunciar a su familia, a sus amigos, a su gente...
tiene que poner todos los medios que estén a su disposición para ensanchar la gran familia humana, haciendo un hueco a Jesús, no como el huésped inoportuno que llega sin llamar, sino como el hermano mayor que, a la hora de la verdad, nunca falla.
No tiene por qué poseer un sinfín de cualidades, capacidades, recursos... que fascinen a todo aquel que se cruce en su camino...
tiene que empeñarse en cultivar con toda clase de mimos y atenciones el tesoro que lleva dentro, pues de la abundancia del corazón, hablan las acciones.

No tiene por qué deshacerse de sus cosas materiales, ni romper con todo su pasado...
debe afrontar el futuro con desparpajo y mucho amor, dando y dándose todo a todos, pues la verdadera generosidad para con el futuro consiste en darlo todo ahora, en el presente.

No debe tener el coeficiente intelectual por las nubes, ni ser el más listo de la clase...
(esto es obligatorio) debe tener la actitud necesaria y las agallas suficientes para hacer algo grande y hermoso con su vida.

No debe, a la fuerza, “tomar los hábitos” o ingresar en el seminario...
debe construir en su corazón una hermosa catedral, capaz de albergar e iluminar a tantas personas que buscan la felicidad sin contar con Dios.

No tiene por qué tener manías, ni ser el más rarillo de la pandilla...
tiene que ser humano... ¡Qué digo humano!, muy humano, terriblemente humano.

No hace falta que crea a pies juntillas todo lo que le dicen... en la parroquia, en el colegio, en
su grupo...
es imprescindible que crea, a ojos cerrados, en el Amor, en el Amor con mayúsculas.

No puede estar todo el día refunfuñando, criticando lo mal que va este mundo...
debe convertirse en un alegre cartero del Reino, de manera que lleve la Noticia Gozosa a todo aquel que busca un sentido a su vida.

No tiene por qué hablar con gran elocuencia y tener solución y respuestas para todo...
debe, por el contrario, escuchar, escuchar mucho, sobre todo escuchar el grito de los más pequeños, de los más necesitados, porque en ellos está Dios de una manera muy especial.

No tiene por qué ser el compañero de clase o el hijo del panadero o la sobrina del párroco o...
puedes (si tú quieres) ser tú mismo...
(José María Escudero)

viernes, 9 de abril de 2010