viernes, 23 de abril de 2010

MAESTRO, ¿DÓNDE VIVES?


Yo estaba cerca de Juan Bautista cuando le oí decir algo sorprendente acerca de un hombre que pasaba: "Ahí va el Cordero de Dios" (Jn 1, 35- 39). ¿El Cordero de Dios? Era un extraño título que me hizo pensar en el Siervo de Yahvé del que habla Isaías (Is 53). Miré a Andrés y ví que estaba tan intrigado como yo, le hice un signo en silencio y nos fuímos detrás de Él. debió darse cuenta de que le seguíamos pero no se dio la vuelta, y nosotros no nos atrevíamos a adelanatarle. De pronto recordé a MOisés queriendo ver el rostro del Señor pero sin poder ver más que su espalda( Ex 34, 23). Lueg, inesperadamente, el desconocido se volvió y nos preguntó: "¿A quién buscáis?". No supimos qué decir y contestamos con otra pregunta que era una evasiva, porque no nos atrevíamos a confesarle que era a él a quien buscábamos: - Maestro, ¿dónde vives? " Venid y ved", respondió, como si fuera lo más natural encontrar gente que quisiera seguirle. Nos fuimos con él y nos quedamos todo el día. Así empezó todo.

(Contar a Jesús. Dolores Aleixandre)

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