domingo, 21 de marzo de 2010

TAMPOCO YO TE CONDENO


Lectura del santo evangelio según san Juan (8,1-11):
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?» Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.» E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.» Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»
La culpa es una experiencia misteriosa de la que ninguna persona sana se ve libre. Todos hacemos en un momento u otro lo que no deberíamos haber hecho. Todos sabemos que nuestras decisiones no son siempre transparentes y que actuamos más de una vez por motivos oscuros y razones inconfesadas.
Es la experiencia de toda persona: no soy lo que debía ser, no vivo a la altura de mí mismo. Sé que podría muchas veces evitar el mal; sé que puedo ser mejor, pero siento dentro de mí 'algo' que me lleva a actuar mal. Lo decía hace muchos años Pablo de Tarso: «No hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero (Rm. 7,19). ¿Qué podemos hacer?, ¿cómo vivir todo esto ante Dios?
El Credo nos invita a «creer en el perdón de los pecados». No es tan fácil. Afirmamos que Dios es perdón insondable, pero luego proyectamos constantemente sobre él nuestros miedos, fantasmas y resentimientos oscureciendo su amor infinito y convirtiendo a Dios en un ser justiciero del que lo primero es defenderse.
Hemos de liberar a Dios de los malentendidos con los que deformamos su verdadero rostro. En Dios no hay ni sombra de egoísmo, resentimiento o venganza. Dios está siempre volcado sobre nosotros apoyándonos en ese esfuerzo moral que hemos de hacer para construirnos como personas. Y ahora que hemos pecado, sigue ahí como «mano tendida» que quiere sacarnos del fracaso.
Dios sólo es perdón y apoyo aunque, bajo el peso de la culpabilidad, nosotros lo convirtamos a veces en juez condenador, más preocupado por su honor que por nuestro bien. La escena evangélica es clarificadora. Todos quieren «echar piedras» sobre la adúltera, todos menos Jesús. Todos quieren convertir a Jesús en «juez condenador», pero él, lleno de Dios, reacciona de manera sorprendente: «No te condeno. Anda y, en adelante, no peques más

sábado, 20 de marzo de 2010

SI ME NOMBRAS TÚ...

CONVERSIÓN


Sigue curvado sobre mí, Señor
remodelándome,aunque yo me resista.
¡Qué atrevido pensar que tengo yo mi llave!
¡Si no sé de mí mismo!
Si nadie, como Tu, puede decirmelo que llevo en mi dentro.
Ni nadie hacer que vuelvade mis caminos
que no son como los tuyos.
Sigue curvado sobre mí
tallándome aunque, a veces, de dolor te grite.
Soy pura debilidad,
-Tu bien lo sabes-,tanta, que, a ratos,
hasta me duelen tus caricias.
Lábrame los ojos y las manos,la mente y la memoria,
y el corazón,- que es mi sagrado-,
al que no Te dejo entrar cuando me llamas.
Entra, Señor, sin llamar, sin mi permiso.
Tu tienes otra llave, además de la mía,
que en mi día primero Tu me diste,
y que empleo, pueril, para cerrarme.
Que sienta sobre mí tu “conversión”
y se encienda la mía
del fuego de la Tuya, que arde siempre,
allá en mi dentro.
Y empiece a ser hermano, a ser humano,
a ser persona.
(Ignacio Iglesias, sj)

jueves, 11 de marzo de 2010

EN MEMORIA. JUEVES 11 DE MARZO


EN MEMORIA DE TODAS LAS VÍCTIMAS DEL 11 DE MARZO.
NUNCA MÁS.
CONSTRUYAMOS ENTRE TODOS UN MUNDO DE PAZ

sábado, 27 de febrero de 2010

BEATA PIEDAD DE LA CRUZ

M. Piedad, naciste para ser Santa

y con tu vida nos invitas cada día

a vivir una entrega radical a Jesús

para ser mensajeras de tu MISERICORDIA

en nuestro mundo.

jueves, 25 de febrero de 2010

COMO LAS VIOLETAS

"Sed como las violetas
que esparcen el perfume
sin apenas saber de donde sale"
(Beata Piedad de la Cruz)

martes, 16 de febrero de 2010

¿A QUIÉN ENVIARÉ?... ENVÍAME A MÍ. RENOVACIÓN DE VOTOS

¿A QUIÉN ENVIARÉ? ¿QUIÉN IRÁ DE MI PARTE?...

Blanca, Juanita, María Eugenia, Isabel y Carmen en Santiago de Chile y Shirley y Esther, en (España), respondieron de nuevo a la pregunta del Señor. Ellas, una vez más, le dicen "ENVÍAME A MÍ" y renuevan sus Votos de pobreza, castidad y obediencia y prometen, fiadas en la llamada que Él les hace y de la mano de María, seguirle como Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús.

Envíame para ser cauce de tu MISERICORDIA entre los jóvenes y los niños, los enfermos y los ancianos, entre los pobres y aquellos que no te conocen... ENVÍAME A MÍ.

Nuestro mundo necesita jóvenes valientes y generosas, capaces de arriesgar su vida, de comprometerse en esta bella aventura de seguir a Jesús. ¡NO DEJES PASAR SU PALABRA...!

¡¡FELICIDADES!!

lunes, 15 de febrero de 2010

VIOLETA QUIERO SER, SEÑOR. PROFESIÓN RELIGIOSA

Como violetas, esparciendo el perfume del amor entre los más necesitados. Ana, Rosa y Gloria, tres jóvenes valientes que apuestan por Jesús, para seguirlo entregándole lo más bello de ellas, su vida joven.

Y se deciden a seguirlo profesando los votos de castidad, pobreza y obediencia, con un estilo muy peculiar, el que nos marcó nuestra Fundadora, la Beata Piedad de la Cruz: una vida sencilla repartiendo la misericordia del Corazón de Jesús entre aquellos que más lo necesitan.

¡FELICIDADES HERMANAS!

domingo, 14 de febrero de 2010

PROYECTO DE BARRO. NOVICIAS 2010

Maritza, Yuli, Cindy, Genoveva y Fabiola, cinco jóvenes que atentas al paso de Dios por sus vidas, han escuchado la llamada que Jesús les hace a seguirle más de cerca. Lo han dejado todo, su familia, su país, sus propios intereses, sus sueños, para iniciar esta aventura al lado del que ya tiene un sueño pensado para cada una de ellas.

El 24 de Enero, en Santiago de Chile, iniciaron la vida religiosa en nuestro Noviciado de HH. Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús. Como M. Piedad de la Cruz, barro que quiere moldearse en las manos del Creador, para ser la vasija que Él tiene pensada para cada una, para entregar su vida totalmente a Jesús y por Él a los hermanos más necesitados.

Que vuestro deseo sea ser toda de Dios, como M. Piedad. ¡Adelante, vivid a fondo la aventura del amor en este tiempo de noviciado! ¡FELICIDADES HERMANITAS!

¡BIENAVENTURADOS!


Lectura del santo evangelio según san Lucas (6,17.20-26):
En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo: - «Dichosos los pobres, porque vuestro es el reino de Dios. Dichosos los que ahora tenéis hambre, porque quedaréis saciados. Dichosos los que ahora lloráis, porque reiréis. Dichosos vosotros, cuando os odien los hombres, y os excluyan, y os insulten, y proscriban vuestro nombre como infame, por causa del Hijo del hombre. Alegraos ese día y saltad de gozo, porque vuestra recompensa será grande en el cielo. Eso es lo que hacían vuestros padres con los profetas. Pero, ¡ay de vosotros, los ricos!, porque ya tenéis vuestro consuelo. ¡Ay de vosotros, los que ahora estáis saciados!, porque tendréis hambre. ¡Ay de los que ahora reís!, porque haréis duelo y lloraréis. ¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros! Eso es lo que hacian vuestros padres con los falsos profetas.»
Jesús, como nuevo Moisés, que está creando un pueblo nuevo, presenta a sus discípulos las Bienaventuranzas que describen el nuevo espíritu que él va a predicar y revelan con matices diferentes, una misma actitud coherente: "Dichosos los pobres en el espíritu, porque de ellos es el Reino de los cielos" . Al materialismo denunciado por Sofonías, opone Jesús la bienaventuranza de la pobreza espiritual, de la paciencia en el sufrimiento y en el llanto, del hambre y sed de justicia, de la misericordia y limpieza de corazón. En definitiva, su propio autorretrato. El es el pobre, el manso, el que no se recató de que le vieran anegado en llanto, y envuelto en sudor de sangre, el que tuvo hambre y sed de justicia, el misericordioso, el limpio de corazón, el que trabaja por la paz. Y el que perseguido murió. Jesús designó a los humildes como dichosos. El es el primer hombre bienaventurado, porque goza de la misma bienaventuranza de Dios, que no tiene su corazón ni en la tierra ni en nada de la tierra. Dios es bienaventurado porque es feliz y se sabe feliz, porque no necesita nada, pues en él está todo y quien se acerca a él y deja sus ambiciones terrenas, es igualmente feliz. El sabe que las Bienaventuranzas son la opción por una locura, la del amor. Son un monte de alegría pero de la que hay al otro lado de la zarza ardiendo. En el Monte de las Bienaventuranzas, donde Jesús proclamó la nueva ley, ese amor que infunde el Espíritu Santo en nuestros corazones.

domingo, 7 de febrero de 2010

REMA MAR ADENTRO


Lectura del santo evangelio según san Lucas (5,1-11):

"En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para pescar."
Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes."
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador."
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres." Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron".
Simón y sus compañeros son sorprendidos por Jesús en el quehacer banal de cualquier día de su vida: mientras estaban lavando las redes vacías, tras una noche desafortunada. Ahí, en ese cotidiano transcurrir de una vida, ahí estaba también el Señor. Allí acontece un diálogo entre Jesús y Simón, que es ejemplar. "Rema mar adentro, y echa las redes para pescar". Y responde Simón: hemos estado toda la noche intentándolo en balde, pero por tu palabra, volveré a echar las redes. Es muy hermoso leer este diálogo paralelamente con el del final del Evangelio de S.Juan, cuando vuelvan a encontrarse Jesús y Pedro -entonces será ya Pedro- en un mismo escenario: el mismo lago, una barca, entre redes vacías y noches estériles (Cfr. Jn 21,1-24).En ambos encuentros, lo que determina el asombro de Simón Pedro es la repuesta de Jesús a la vaciedad de los esfuerzos de éste. No hay lugar a "pactos", no se trata de una "negociación", sino el impresionante estupor ante algo más grande que Pedro. Porque Simón, buen conocedor de las horas oportunas para su bregar pescador, cuando ve lo sucedido no hace una interpretación simplona o racionalista: tú ves más que yo, has tenido más suerte, hemos sido afortunados por dar finalmente con el banco de peces... No, la reacción de Simón es la de un asombro netamente religioso: "apártate, Señor, que soy un pecador". En su último encuentro en el lago Tiberíades, aún sabiéndose pecador -y quizás con una conciencia de ello que ahora no tiene todavía-, lejos de decir a Jesús que se aparte, será él quien se lanzará al agua para acortar la distancia. Vale la pena leer los dos encuentros. Finalmente, la llamada y la respuesta: serás pescador de hombres... y ellos, dejándolo todo, lo siguieron. Este Evangelio es toda una meditación que hay que leer despacio, como quien intuye -así es en realidad- que uno mismo está en esa barca, que a uno mismo se dirige el Señor, no como a una muchedumbre anónima, sino con mi nombre y situación.Porque sólo entenderemos este encuentro entre Simón y Jesús, cuando en él veamos descrito nuestro propio encuentro con el Señor. O dicho de otro modo, cuando en el cotidiano lavar nuestras redes,o entre nuestros pucheros y quehaceres, descubrimos una Voz y vemos una Presencia, que nos llama desde todos nuestros vacíos a una plenitud insospechada para la que habíamos trabajado desde nuestras fuerzas insuficientes, la plenitud que había soñado nuestro corazón y para la que está hecho.Ellos, dejándolo todo, siguieron a Jesús.
Monseñor Jesús Sanz Montes, ofm, arzobispo de Oviedo

miércoles, 3 de febrero de 2010

martes, 2 de febrero de 2010

TESTIGOS DEL DIOS DE LA VIDA



Los consagrados somos peregrinos, testigos del Dios de la Vida. En medio de la noche de nuestro mundo, encendemos una LUZ en el nombre de JESÚS.

CAMINOS DE CONSAGRACIÓN

Los vemos caminar pausadamente, con una cadencia delicada y firme, con mochila en ristre y bastón de apoyo. Son los peregrinos que cada año pasean los diversos caminos que conducen a una meta singular: Santiago de Compostela. La vida consagrada es también una peregrinación, que pone en marcha nuestra mejor pertenencia hacia el Tú que a cada uno ha convocado el Señor cuando pronunció con sus labios divinos nuestro nombre diciéndonos ¡ven!
El paso de los siglos ha ido dejando estelas en un camino que cruzó nuestra tierra, un camino que tenía como origen la búsqueda de la belleza y del bien que palpita en el corazón humano, y que ha hallado como respuesta a todas sus preguntas el encuentro con aquel Hombre Dios que no sólo nos dijo cuál era el camino sino que se puso a recorrerlo con nosotros. Cristo es Camino y caminante junto a cada uno de nosotros.
Entre los primeros testigos que Él llamó en la Palestina de entonces, algunos fueron luego enviados para que narrasen cuanto habían visto y oído. Aquellos primeros apóstoles, enviados, siguieron el mandado del Maestro y fueron hasta los confines de la tierra para anunciar una Buena Noticia portadora de la luz y la esperanza que Cristo mismo nos alumbró.
Santiago nos contó lo que escuchó en los labios del Maestro, quiso compartir su asombro agradecido al ver de mil modos la ternura y la misericordia de Dios que se hacía gesto liberador de tantas cautividades, y nos dejó plasmado en su predicación ese Evangelio que prendió en sus entrañas. Sus dificultades fueron no pocas en aquella Hispania romana que no se abría tan fácilmente a la novedad que el apóstol nos traía, pero dejó sembrada la palabra de Jesús, y nos repartió de tantas maneras su gracia, tanto, tanto, que al morir en Jerusalén irían los discípulos hispanos a recoger su cuerpo para traerlo hasta el finisterrae de sus andanzas apostólicas.
Desde entonces, tras el hallazgo milagroso que la tradición nos atestigua del cuerpo de Santiago en el Campus Stellae, Compostela, han sido muchos los que han querido hacer este camino, cuyo año jubilar estamos celebrando. Son muchas las estelas, tantas como estrellas, que nos han dejado el precioso testimonio del afán sincero de los romeros y peregrinos que han recorrido esta senda.
Compartimos con todos ellos la necesidad de salir de nosotros mismos, y poner hondura y verdad en tantas cosas que nos complican nuestro cotidiano caminar, haciendo torpe o mezquino lo que alguna vez hemos soñado como hermoso y grácil. Todas nuestras preguntas nos hacen peregrinos de una Verdad que tiene rostro y tiene nombre, y nos ponen en la andanza de un camino que tiene meta. Santiago peregrinó hasta aquí para darnos a Jesucristo, nosotros peregrinamos a Santiago para encontrarnos con Jesús el Señor.
Nuestra tierra se honra en el recuerdo de esta historia, y reconoce en las huellas que otros hombres y mujeres han dejado las señales iluminadoras que quieren orientar nuestros pasos de hoy y los que mañana recorreremos. El arte, la cultura, la hospitalidad, la vocación andariega y el sabernos peregrinos de lo mejor encuentran en este Camino de Santiago una senda que nos habla del hombre
y que nos habla de Dios.
Y esto es lo que los santos fundadores han plasmado también con los carismas que, como estelas, Dios ha querido señalar. Son estelas que recuerdan palabras o gestos de Jesús, y que se confían a una familia religiosa como custodios de ese memorial evangélico. Los hombres y mujeres de una generación necesitan estas señales que representan los carismas de la vida consagrada. Somos caminantes y peregrinos, y recorriendo las sendas de la vida el Señor nos constituye en portadores y portavoces de una santa tensión, por la que, teniéndole a Él como origen y como destino de nuestra andadura, recordamos a los hermanos que este camino tiene meta.


Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Presidente de la C.E. para la Vida Consagrada


domingo, 31 de enero de 2010

M. PIEDAD, UN SÍ A LA VIDA

Ya es febrero, un mes especial para toda la familia Salesiana, un mes especial en este Año Vocacional. M. Piedad, su vida nos trae el recuerdo de ese SI que ella dio desde muy joven al Señor y que se transformó en un camino de búsqueda constante de Él para ser toda suya y desde Él a los hermanos más necesitados.
Este mes queremos mirarte y que te miren muchos jóvenes, que puedan descubrir en ti caminos de seguimiento del Señor, que tu vida les lleve a encontrar la Vida...
Estaremos contigo y viviremos desde ti.


TE ESCOGÍ..., TE CONSAGRÉ

Lectura del santo evangelio según san Lucas (4,21-30):
En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel habla muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.

“Te escogí… te consagré… te envío… Yo estoy contigo para librarte”. Jeremías toma conciencia de su vocación como profeta. ¿Cuántos nos vemos identificados con esta llamada-invitación?, ¿o con esta consagración-misión?, ¿o con esta fiel compañía favorable?... La conciencia de sentirme llamada, me hace bien, me hace feliz. Y la razón primera y última de esta elección-consagración-misión es alcanzar y disfrutar lo excelente, lo máximo, en cristiano, “ambicionando lo mejor”. Para ello el camino mejor es el amor. Amor paciente, afable, no envidioso ni presuntuoso, no egoísta ni mal educado… Un amor así, no pasa nunca, no se acabará.
Sólo los que aman mucho son capaces de mantenerse constantes en el momento del rechazo. Siguen amando porque para ellos el amor no es una emoción sino una actitud, un estilo de vivir. Saben que Dios es amor. Y que solo amando podremos hacer un mundo más humano, más fraterno: el mundo que Dios quiere.

martes, 26 de enero de 2010

CUENTA CONMIGO, SEÑOR



Cuenta conmigo, Señor.
Porque me lo pides, Tu …
porque me lo pides,
te digo que puedes contar conmigo.
En medio del mar agitado de la vida,
tú me envías a los demás,
para que sea testigo del Evangelio;
para que sea entre ellos y para ellos,
ese «Pan partido»,
con que tú quisiste que te hiciéramos presente.
Hazme testigo de tu vida entregada:
mi corazón, llénalo de tu amor;
mis ojos, llénalos de tu ternura;
mis oídos, de tu atención;
mis pies, de tu diligencia;
mis manos, de tu entrega.
Gracias anticipadas, Señor,
por la vida que pueda hacer crecer.
Y gracias, sobre todo,
por la vida que has hecho nacer en mi corazón.

domingo, 24 de enero de 2010

HAITÍ, DOCE DE ENERO



Doce de enero y ruge fiero el suelo gris
Un zarpazo infinito hiere Haití
Palacios y casitas pobres de latón
Son el polvo y la ruina en el dolor
Gritos al cielo preguntando por qué
Qué sentido tiene vivir para doler
No hay atajos que sirvan para comprender
A los mismos siempre les toca perder
Está bien que los pueblos
Se vuelquen a ayudar pero en un tiempo
De eso qué quedará
Sólo cambian las cosas
Si se va más allá lo inevitable
Puede sólo arañar
Doce de enero y calla leve el cielo gris
Del fondo de la tierra brota Haití
En los rostros un miedo que se congeló
No creen sus ojos lo que allí pasó
Doce de enero y ruge fiero el suelo gris
Aunque malherido vive Haití

EN LAS FUENTES DE LA ALEGRÍA CON SAN FRANCISCO DE SALES


“No perdáis el espíritu de santa alegría en todos vuestros actos y palabras, pues con ella daréis consuelo a cuantos os vean, para que glorifiquen a Dios, lo cual es nuestra única pretensión. Conservemos siempre la alegría en nosotros, viviendo abandonados a la voluntad divina.
Vivid en paz y alegre, o al menos, contenta con todo lo que Dios quiera y haga con vuestro corazón. Conservad vuestro corazón dilatado ante Dios, estad siempre alegre en su presencia. Nos ama, nos quiere, es todo nuestro el dulce Jesús; seamos enteramente y solamente de Él; querámosle, y, aunque las tinieblas y las tormentas nos rodeen y las aguas de la amargura nos lleguen al cuello, con tal de que Él nos sostenga, no hay nada que temer.
Las penas, las aflicciones, las contradicciones, no deben quitarnos la alegría; son el camino del cielo y nunca faltan a los hijos de Dios.
Vivid pues, cada vez más y más de este celestial amor de nuestro Señor; a ello os obligan las mil bendiciones que os ha enviado, especialmente el deseo que os ha dado de amarlo y de desearlo. Y vivid gozosa y santamente contenta en ese deseo, incluso en medio de los disgustos y aflicciones, que nunca faltan a los hijos de Dios.
Por eso mismo, la alegría triunfará de todas las dificultades de la vida religiosa:
Vivid alegre, nuestro Señor os mira, y os mira con amor y con tanta mayor ternura cuanto mayor sea vuestra debilidad”.

EL ESPÍRITU ESTÁ SOBRE MÍ

Lectura del santo evangelio según san Lucas (1,1-4; 4,14-21):
"Excelentísimo Teófilo: Muchos han emprendido la tarea de componer un relato de los hechos que se han verificado entre nosotros, siguiendo las tradiciones transmitidas por los que primero fueron testigos oculares y luego predicadores de la palabra. Yo también, después de comprobarlo todo exactamente desde el principio, he resuelto escribírtelos por su orden, para que conozcas la solidez de las enseñanzas que has recibido.En aquel tiempo, Jesús volvió a Galilea con la fuerza de] Espiritu; y su fama se extendió por toda la comarca. Enseñaba en las sinagogas, y todos lo alababan.Fue a Nazaret, donde se había criado, entró en la sinagoga, como era su costumbre los sábados, y se puso en pie para hacer la lectura. Le entregaron el libro del profeta Isaías y, desenrollándolo, encontró el pasaje donde estaba escrito: «El Espíritu del Señor está sobre mi, porque él me ha ungido. Me ha enviado para anunciar el Evangelio a los pobres, para anunciar a los cautivos la libertad, y a los ciegos, la vista. Para dar libertad a los oprimidos; para anunciar el año de gracia del Señor.»Y, enrollando el libro, lo devolvió al que le ayudaba y se sentó. Toda la sinagoga tenía los ojos fijos en él. Y él se puso a decirles: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»
Al terminar de leer la lectura del profeta Isaías, Jesús dejó a un lado el rollo del libro y pronunció la más breve homilía de la historia, y la más enjundiosa: “Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír”. No hay más que hablar. Hay que salir a la calle para comunicar a todos que Dios nos ama, que nos regala la libertad y que éste, aquí y ahora, es el año de gracia del Señor para todos

sábado, 23 de enero de 2010

HAITÍ



Mueve, Señor, nuestros corazones a la solidaridad.
En el silencio, elevo mi oración por el pueblo haitiano.

viernes, 22 de enero de 2010

A MARÍA


Acuérdate, dulce Virgen, que eres mi Madre
y que soy tu hijo; que eres poderosa
y ya soy una pobre criatura, vil y débil.
Te suplico, muy dulce Madre, que me gobiernes
en todos mis caminos y acciones.

No digas, que no puedes, porque tu Hijo
Bien amado te ha dado poder,
tanto en el cielo como en la tierra.

No digas que no debes, porque eres
la Madre común de todos los pobres humanos
y particularmente la mía.

Si no pudieras, te excusaría diciendo:
Es verdad que es mi Madre
y que me quiere como su hijo,
pero la pobre, carece de poder.

Si no fueses mi Madre, tendría paciencia diciendo:
Es suficientemente rica para asistirme,
pero, puesto que no es mi Madre, no me ama.

Pero, Virgen dulce, puesto que eres mi Madre,
y que eres muy poderosa,
¿cómo te excusaría si no me consuelas?
Ya ves, Madre, que estás obligada
a atender todas mis demandas.

(San Francisco de Sales)