martes, 30 de junio de 2009

MENÚ DE VERANO


1º De primero, DESCANSO
«Venid a mí los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11,18)
Pues sí, parece que uno termina junio, y el curso, un poco acelerado. Por los exámenes, por el desgaste del curso, porque los meses de trabajo han ido siendo intensos… y por eso hace falta descansar un poco. Dormir más, vivir un poco más despacio, mirar el reloj menos a menudo, prescindir de agendas. Cada quien sabemos qué es lo que nos descansa. Pero, sea lo que sea, no descansar “de” Dios, sino con Dios. Dejarle que “venga conmigo”, ser consciente de su presencia en mi vida, también en este tiempo de reposo.

2º De segundo, CALIDAD
«María, por su parte, escuchaba todas estas cosas y las guardaba en su corazón» (Lc 2,19)
Es tiempo de hacer muchas cosas que siempre apetecen, pero para las que nunca parezco encontrar el momento adecuado: leer alguna buena novela, ver alguna película pendiente, escribir a gente querida, hablar con los míos un poco más despacio, echar largos y profundos ratos de familia…
Si las vacaciones son largas, tal vez asomarme a espacios, realidades, gentes que normalmente no forman parte de mi vida… Es tiempo para recorrer espacios distintos. También es tiempo para un poquito de calidad en la relación con Dios (porque si no, a veces parece que Dios cae en la parte del “trabajo” o la “obligación”, cuando resulta que puede ser fuente de encuentro y plenitud). Por eso este verano puede ser un tiempo para intentar conocerle más (leer sobre Él, pensar, rezar algún rato, tratar de releer su presencia en mi vida).

3º Y de postre, GRATITUD
«Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos» (Col 3,15)
Es un privilegio poder descansar. Y es una suerte tener una vida que, con sus altos y bajos, me va poniendo en contacto con gentes, con mundos, con historias.
Por eso, el verano puede ser tiempo para una mirada agradecida al curso que se va. A lo bueno, que en estos meses ha sido fuente de alegría. A lo difícil, que ha podido ser... A las gentes, las palabras, los momentos. Los retos. A Dios, por la oportunidad de vivir, elegir, caer y levantarme, aprender, amar, construir, imaginar, sentir, pensar, creer…
Gracias.
Puedo dedicar algún rato a hacerme consciente de este curso que se va.
Y a darle gracias a Dios por él.

sábado, 27 de junio de 2009

¿QUIÉN ME HA TOCADO?


Lectura del santo Evangelio según san Marcos (5,21-43)
En aquel tiempo Jesús atravesó de nuevo a la otra orilla, se le reunió mucha gente a su alrededor, y se quedó junto al lago. Se acercó un jefe de la sinagoga, que se llamaba Jairo, y al verlo se echó a sus pies, rogándole con insistencia: «Mi niña está en las últimas; ven, pon las manos sobre ella, para que se cure y viva.» Jesús se fue con él, acompañado de mucha gente que lo apretujaba.Había una mujer que padecía flujos de sangre desde hacía doce años. Muchos médicos la habían sometido a toda clase de tratamientos y se había gastado en eso toda, su fortuna; pero en vez de mejorar, se había puesto peor. Oyó hablar de Jesús y, acercándose por detrás, entre la gente, le tocó el manto, pensando que con sólo tocarle el vestido, curaría. Inmediatamente se secó la fuente de sus hemorragias y notó que su cuerpo estaba curado. Jesús, notando que, había salido fuerza de él, se volvió en seguida, en medio le la gente, preguntando: «¿Quién me ha tocado el manto?»Los discípulos le contestaron: «Ves como te apretuja la gente y preguntas: "¿quién me ha tocado?"»Él seguía mirando alrededor, para ver quién había sido. La mujer se acercó asustada y temblorosa, al comprender lo que había pasado, se le echó a los pies y le confesó todo. Él le dijo: «Hija, tu fe te ha curado. Vete en paz y con salud.»Todavía estaba hablando, cuando llegaron de casa del jefe de la sinagoga para decirle: «Tu hija se ha muerto. ¿Para qué molestar más al maestro?» Jesús alcanzó a oír lo que hablaban y le dijo al jefe de la sinagoga: «No temas; basta que tengas fe.»No permitió que lo acompañara nadie, más que Pedro, Santiago y Juan, el hermano de Santiago. Llegaron a casa del jefe de la sinagoga y encontró el alboroto de los que lloraban y se lamentaban a gritos. Entró y les dijo: «¿Qué estrépito y qué lloros son éstos? La niña no está muerta, está dormida.»Se reían de él. Pero él los echó fuera a todos, y con el padre y la madre de la niña y sus acompañantes entró donde estaba la niña, la cogió de la mano y le dijo: «Talitha qumi (que significa: contigo hablo, niña, levántate).»La niña se puso en pie inmediatamente y echó a andar –tenía doce años–. Y se quedaron viendo visiones. Les insistió en que nadie se enterase; y les dijo que dieran de comer a la niña.
Jesús vuelve a la ribera galilea que había sido espacio de llamadas, curaciones y parábolas. Entre los paganos, la opresión tenía rostro de hombre y signos de violencia externa. Aquí aparece vinculada a un hombre y a dos mujeres, con rasgos de violencia personal y familiar muy honda: una de ellas es joven, y parece que no tiene más remedio que morir, habiendo cumplido doce años (al hacerse mayor); la otra es ya madura, lleva doce años de mal flujo de sangre. Ambas están vinculadas por una misma enfermedad: son signo de impotencia de un pueblo dominado por varones .
Jesús las cura, es decir, las reconoce como personas, pero no para que vuelvan al mundo antiguo de varones dominantes, sino para iniciar a su lado un camino de humanización evangélica (de iglesia) donde merece la pena crecer, ser mujer, realizarse en familia.
Jesús adoptó ante las mujeres una postura tan sorprendente que desconcertó, incluso, a sus mismos discípulos.En aquella sociedad judía donde el varón daba gracias a Dios cada día por no haber nacido mujer, no era fácil entender la nueva postura de Jesús, acogiendo sin discriminaciones a hombres y mujeres en la nueva comunidad.Si algo se desprende con claridad de actitud es que, para él, hombres y mujeres tienen igual dignidad personal, sin que la mujer tenga que ser objeto del dominio del varón.

viernes, 26 de junio de 2009

LA ÚLTIMA PALABRA LA TIENE EL AMOR


A veces uno piensa que esto del amor está muy caro de conseguir. Que parece que todos los demás encuentran plenitud en las relaciones, en la vida, en los encuentros, y llevan a que uno se pregunte, “¿y yo?”.
Aunque demasiado a menudo se tiñe el horizonte con nubarrones de desamor (es decir, rechazos, críticas, indiferencias, juicios, prejuicios, burlas, incomprensión, frialdad…) la última palabra la tiene el AMOR. Un AMOR infinito, vencedor del odio. Un amor primero, capaz de mover las losas y abrir los sepulcros. Un amor eterno, el de un Dios que es MISERICORDIA en su corazón; un Dios que desafía al odio para envolvernos en un abrazo protector.

domingo, 21 de junio de 2009

LA TEMPESTAD CALMADA



Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-40)
"Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!» El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?» Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»

En la vida pasamos también por muchas tormentas. La vida es cambio y no siempre tranquilo. Hay muchos problemas que nos atenazan. Hay muchos momentos de crisis. Son como las olas que chocan continuamente contra la orilla y terminan por romperla.

En la Iglesia también sentimos las amenazas de las olas que chocan contra esta barca del reino. Algunos viven atemorizados porque piensan que esta sociedad nos ataca y va a terminar por hundir la frágil barquilla que para ellos es la Iglesia.

Frente a los que se empeñan en levantar muros y paredes y techos que nos defiendan de los vientos de este mundo, hay que recordar que nuestro Dios es el creador de todo, también de los vientos, que hay que confiar en él y en Jesús, su hijo y señor nuestro. Sólo él es capaz de levantar las peñas que aguantan todo. La frágil barquilla de la Iglesia no es tan frágil porque cuenta con la presencia de Jesús. Nuestra vida puede estar agitada por la enfermedad, los disgustos y tantas otras cosas. Sentiremos el choque de las olas, hasta es posible que nos mareemos y sintamos miedo. Pero sabemos que el Señor está con nosotros. Y que, con su presencia, no hay mar ni tormenta que no podamos atravesar. Es cuestión de confiar. Y saber que siempre, siempre, después de la tormenta, viene la calma. Porque el Señor lo es también de la tormenta.

Entonces, ¿nos da lo mismo todo? No. De ninguna manera. Con Jesús nos sentimos servidores del Reino, trabajadores de la fraternidad, atentos a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas. Seguros de que todo lo que hagamos en favor del Reino estará bendecido por Dios. Y, sin desanimarnos nunca, porque sabemos que estamos apoyados en la roca firme, la que aguanta todas las olas y vientos; porque sabemos que nuestra barca aguantará la tormenta. En el nombre de Jesús.

martes, 16 de junio de 2009

ESTE VERANO... DE MARCHA


Sí, de marcha..., porque a los jóvenes les va la marcha nos vamos hasta el norte para conocer a otros jóvenes..., dos jóvenes especiales, que conocieron a Jesús y se pusieron en camino tras de Él.
Vamos a conocer al Hermano Rafael Arnaiz, hoy beato, joven burgalés que lo dejó todo para seguir a Jesús en La Trapa, en el Monasterio de S. Isidro de Dueñas, Palencia. Allí le visitaremos.
También recorreremos el camino que cada año recorren muchos jóvenes- JAVIERADA- desde Sangüesa al castillo de Javier, para conocer a otro joven enamorado de Jesús, S. Francisco Javier, que dejó todo y se unió a la Compañía de Jesús, junto a S. Ignacio de Loyola, y fue un gran misionero en India y Japón.
Anímate y no dejes pasar esta oportunidad.
Más información en http://www.contigosi.org/

LLEGAREMOS A TIEMPO



LLEGAREMOS A TIEMPO...

En este mundo donde todo se retrasa, donde el valor de la puntualidad está desapareciendo, nuestros jóvenes quieren llegar a tiempo. A tiempo de dibujar sonrisas, a tiempo de escuchar con calma, a tiempo de tender una mano, a tiempo de servir al necesitado, a tiempo de sembrar esperanzas a manos llenas, a tiempo de AMAR sin medida, sin esperar nada a cambio.

Es el tiempo de la SOLIDARIDAD con el más necesitado. Por eso, te invitamos a ti, que eres joven y que deseas vivir nuevas experiencias de las que dejan el alma llena. Te invitamos a que llegues a tiempo de compartir con los enfermos de SIDA y los que trabajan con ellos, un verano diferente, lleno de solidaridad. Será en DAYA NUEVA (Alicante), del 16 al 24 de Julio.

Ponte en contacto con:
Zulema: 635 449 908
Angel Luis: 615 260 420
Ven, arriésgate, no lo dejes para mañana,
LLEGA A TIEMPO...


TRAS LAS HUELLAS DE SAN PABLO


Este verano nos vamos con Pablo a Corinto...
Bueno, en la montaña, cerca de Gandía, recrearemos la vida de Pablo y de las primeras comunidades cristianas. Lo haremos junto a los chavales de S. Vicente del Raspeig. Con ellos queremos seguir los pasos de un gran amigo de Jesús: Pablo de Tarso. Él nos va a enseñar a descubrir a Cristo como el mejor amigo, por el que vale la pena entregarlo todo y ser testigo en medio de nuestro mundo.

lunes, 15 de junio de 2009

UN AMOR DIFERENTE



Así es el verdadero AMOR, el AMOR del Corazón de Jesús

domingo, 14 de junio de 2009

EL MEJOR REGALO

Lectura del santo evangelio según san Marcos (14,12-16.22-26)
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.

Cada vez que los discípulos se juntaban, les gustaba compartir el pan y el vino y repetir aquellas palabras de Jesús. El pan y el vino adquirían una nueva dimensión y un nuevo significado. Jesús y su Reino se hacían presentes en medio de ellos. Hacer memoria de aquella última cena les daba fuerzas y les hacía sentirse comprometidos para anunciar la buena nueva del Reino a todos los hombres y mujeres de su mundo. Les forzaba a trabajar por un mundo más justo y más humano, más hermano y más solidario. Daban gracias juntos, compartían su fe, escuchaban la Palabra, compartían el pan y el vino. Lo hacían en la intimidad de sus casas, en pequeñas reuniones de creyentes. Era la celebración central de su fe.

Hoy seguimos celebrando la Eucaristía. Escuchamos la Palabra, compartimos la fe, comulgamos el Pan y el Vino, hacemos memoria de Jesús Resucitado. Y salimos a la calle a seguir celebrando la Eucaristía con todos los hombres y mujeres de nuestro mundo. A compartir con ellos el pan y el vino de la vida diaria, de la justicia, del perdón, de la reconciliación, de la fraternidad. A tender la mano al hermano y cerrar el círculo del Reino, de los Hijos e Hijas de Dios, en donde nadie está excluido y todos son acogidos en el amor y la misericordia de Dios Padre.

Hoy la Eucaristía sigue siendo promesa de vida, fuente de esperanza, lugar de fraternidad, encuentro con Jesús y tantas otras cosas más, que nos hacen vivir en plenitud y ser más felices.

viernes, 12 de junio de 2009

UNA CAÑA EN EL CAÑAVERAL



Yo era sólo una caña.
Había crecido como las demás
en el ambiente húmedo y apacible
de la orilla del río.
Pero mi vida no tenía mucho sentido.
No era ni árbol frutal
que alimentara a pájaros y niños,
ni rosal que llenara de color y aromas los altares y las novias.
Sólo una caña hueca a menudo agitada por el viento,
confundiendo la vida con el movimiento,
aunque a veces...
sonaba en mí como música la brisa.
Alguna vez...
sentí envidia y me puse a soñar,
cuando se acercaba al río el pescador
y yo quería ser su caña de pescar.
Pero yo sólo era una caña vacía,
sin fruto y sin futuro, en el cañaveral.

Un día de verano
se acercó el joven pastor hasta la orilla
entre silbos y cantares.
Y me tomó en su mano,
y me puse en sus manos,
y, arrancándome del lodo y el aburrimiento
me llevó a la sombra de la encina,
donde las ovejas sesteaban.
Me acarició limpiándome el barro adherido
y con su navaja de partir pan
fue haciéndome a su medida,
cortando lo sobrante, puliendo lo tosco y desabrido,
abriéndome agujeros, vaciando mi vacío,
dejándome yo hacer al tacto de sus dedos,
sin ya poner reparos, sin miedos, ni recelos.
Y me probó en su boca
dándome el primer beso verdadero,
y para hacerme a sus labios,
me fue recortando en un extremo,
probando y volviendo a probar mi ajustamiento.

Yo era sólo una caña vacía
pero el pastor se enamoró de mi vaciamiento,
y al llevarme a la boca, abierta ya a su espíritu,
su aliento llenó mi estéril oquedad de soplo de vida,de fuego,
de música y armonía,
de vibraciones sonoras y melodías al ritmo de sus dedos
y a sus caricias.

Yo era sólo una pobre caña,
pero, puesta en las manos del pastor,
soñada en sus sueños,
modelada a su aire y su estilo,
con el beso de sus labios y su aliento,
movida al ritmo de sus dedos,
soy toda música,
soy ya una flauta, su flauta,
la que lleva en el zurrón todos los días
junto al pan y el vino de merienda,
la flauta de su música
que ya conocen sus ovejas y les guía por el camino.
La flauta que llena de melodías
los campos y las tardes,
de alegría el corazón de su zagala amante,
de sonrisas el alma de los niños y los pobres.
Yo era sólo una caña
pero estaba llamada desde siempre
a cambiar mi vacío en música,
y ser su flauta.

miércoles, 10 de junio de 2009

UN CORAZÓN LLENO DE AMOR



Estamos en Junio y este mes lo dedicamos al Corazón de Jesús.
¿Que está pasado de moda?... NO, se nota que no sabes de que hablo y te digo que si lo supieras, tú querrías tener un corazón como el suyo.
En este Corazón la palabra "amor" se escribe con mayúsculas y negrita: AMOR, porque sólo Él sabe lo que de verdad es amar. Todos quisiéramos conocer a alguien que ame así, y sentir de verdad ese amor.
Yo te lo quiero presentar durante este mes. Pero todos aprendemos de alguien, incluso a amar. Así también Jesús, Él ha tenido al mejor Maestro, a su Padre, sí, a ese que Él nos dijo que también era nuestro Padre.
¿Quieres tú también aprender a amar de la misma manera?... Escucha al Padre en este vídeo y llénate de ese amor, luego comienza a amar...

martes, 9 de junio de 2009

¡¡SUEÑA!!



Si te ries mucho, corres el riesgo de que no te tomen en serio.
Si perdonas, aún sabiendo que no se lo merece, corres el riesgo de que te lo hagan otra vez.
Si entablas una conversación con la anciana del 5º,
corres el riesgo de que ni te oiga.
Si dedicas unas horas de tu tiempo a prestar una ayuda humanitaria,
corres el riesgo de ir después acelerado a todas partes.
Si no ves ningún programa de cotilleo,
corres el riesgo de no tener palique con las amigas.
Si ayudas a un compañero con una asignatura,
corres el riesgo de no preparar bien las tuyas.
Si cuentas un secreto a un amigo,
corres el risgo de quedarte sin secreto y sin amigo.
Si no te reprimes tus lagrimas,
corres el risgo de ser llamado sentimentaloide.
Si no vas de botellon porque hoy no te apetece,
corres el riesgo de que los amigos no cuenten contigo para la siguiente ocasión.
Si denuncias una injusticia,
corres el riesgo de que alguien te calle la boca.
Si te levantas a pesar de que ya es la quinta vez que te caes,
corres el riesgo de caerte por sexta vez.
Si corres el riesgo de no correr ningún riesgo,
corres el risgo de no equivocarte jamás,
de evitar en todo momento sufrimientos y malos ratos y...
desgraciadamente también,
el de perderte los grandes secretos que la Vida te regala cada día....
Si eres un soñador empedernido y crees en la utopía,
corres el riesgo de que pongan en duda tu salud mental, y te llamen LOC@.
Pero, a pesar de esto, ¡SUEÑA! ¡AMA! ¡SUEÑA! ¡AMA!...

domingo, 7 de junio de 2009

¿CÓMO ES NUESTRO DIOS?

Lectura del santo evangelio según san Mateo (28,16-20)

"En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."

A Dios lo han querido manipular todos pero cuando nos acercamos al Evangelio sin prejuicios nos encontramos con Jesús y el Dios que se revela y manifiesta en sus palabras y en sus actos, en su forma de vivir, en su mismo ser.
Ese Dios, al que Jesús llama “abbá” no justifica guerras, no excluye a nadie sino que acoge y abraza y ama. El Dios de Jesús no quiere la muerte de nadie sino la vida de todos, y lo demostró resucitando a Jesús de entre los muertos. Su sueño es reunir a todos sus hijos en torno a la mesa común. En el Reino los más pobres, los olvidados, los marginados, aquellos a los que les ha tocado la peor parte en este mundo, serán los primeros. En el Reino nadie es más importante ni tiene más poder porque “el que quiera ser grande que sea vuestro servidor”. Y el mismo Jesús lo demostró lavando los pies a sus discípulos –haciendo lo que hace un criado– en la última cena. Los que siguen a Jesús van abriendo camino a la nueva humanidad, creando fraternidad, dando esperanza, alentando la vida de todos. San Juan escribió que “Dios es amor”. ¿Se puede decir algo más?

Padre, Hijo y Espíritu. El “abbá” de Jesús es nuestro padre. Es Dios Padre de la vida, protector de todos, el que acoge, el que abraza, el que da la vida y la confirma, el que invita a su mesa. Jesús es el hijo. Jesús es hombre que compartió con nosotros la vida en toda su amplitud, la dureza del camino y la paz de un diálogo con los amigos al atardecer, el trabajo y el descanso, el compromiso en favor de sus hermanos y el amor por los más débiles y necesitados. Y en todo ello se nos hace patente que ese hombre era verdaderamente el Hijo de Dios, tal como dijo el centurión al pie de la cruz. Jesús no está hoy con nosotros pero, antes de irse definitivamente, nos regaló su Espíritu. Es el Espíritu de Vida. Es el Espíritu de Dios. Es el Espíritu que hoy, dos mil años después, sigue alentando en los corazones de tantos y tantas el compromiso por hacer de este mundo un lugar más justo, una casa para todos, un hogar donde nadie sea excluido. Es el Espíritu que alienta la vida de la Iglesia para que el Evangelio no caiga en el olvido y se siga encarnando en la vida diaria de las personas, de los creyentes. Es el Espíritu que nos hace alabar a Dios cuando vemos que la vida triunfa, que la justicia se aplica de verdad, que las personas recobran la esperanza en medio del dolor. Todo eso y mucho más es el Espíritu Santo.


miércoles, 3 de junio de 2009

POLLO A LA CARTA



¡Bienaventurados quienes no se resignan a la pobreza ajena, por lejana que esté, y reconocen el derecho fundamental de todos los hombres a no vivir esclavos de la miseria, porque ellos será quienes alcancen la bienaventuranza eterna!

HIMNO DEL AMOR




Si yo tuviese en mí
todas las emisoras
y todos los tablados de rock del mundo entero
y los altares y cátedras y los parlamentos todos,
mas no tuviese Amor,
yo sería ruido sólo, ruido en el ruido.

Si yo tuviese el don de adivinar
y el don de llenar estadios
y el don de hacer curaciones
y una supuesta fe, capaz de trasportar cualquier montaña,
mas no tuviese Amor,
yo sólo sería un circo religioso.

Si yo distribuyese
los bienes que gané mal - quién sabe, quién no sabe-
en cestas de Navidad
y en aireados gestos caritativos
y fuese capaz de dar mi salud
en prisas y eficacias
mas no tuviese Amor,
yo sólo sería imagen entre imágenes.

Paciente es el amor y predispuesto, como regazo materno.
No tiene envidia ni se vanagloria.
No busca el interés como hacen los bancos:
sabe ser gratuito y solidario, como la mesa de Pascua.
No pacta nunca con la injusticia, nunca.
Hace fiesta de la Verdad.
Sabe esperar, forzando con coraje las puertas del futuro.
El Amor no pasará, pasando todo lo que no sea él.
En la tarde de esta vida nos juzgará el Amor.

Inmadura es la ciencia y gateando,
inmadura la ley, juguete el dogma.
El Amor ya tiene la edad sin edad de Dios.
Ahora es un espejo la luz que contemplamos,
un día será el Rostro, cara a cara.
Veremos y amaremos como Él nos ve, como nos ama.

Ahora están las tres:
la fe, que es noche oscura,
la pequeña esperanza, tan persistente;
y él, el Amor, que es el mayor.
Un día, para siempre,
lejos de toda noche y toda espera,
ya sólo será el Amor.

Pedro Casaldáliga