sábado, 14 de junio de 2008

HAY MUCHAS OVEJAS Y POCOS PASTORES, BUENA NOTICIA PARA TODOS Y POCOS CARTEROS...


LECTURA DEL EVANGELIO
Mt 9,36-10,8


"Viendo a la gente, Jesús sentía compasión, porque estaban angustiados y desvalidos como ovejas que no tienen pastor. Dijo entonces a sus discípulos: “Ciertamente la mies es mucha, pero los obreros son pocos. Por eso, pedid al Dueño de la mies que mande obreros a recogerla.” Jesús llamó a sus doce discípulos y les dio autoridad para expulsar a los espíritus impuros y para curar toda clase de enfermedades y dolencias. Estos son los nombres de los doce apóstoles: primero Simón, llamado también Pedro, y su hermano Andrés; Santiago y su hermano Juan, hijos de Zebedeo; Felipe y Bartolomé; Tomás y Mateo, el que cobraba impuestos para Roma; Santiago, hijo de Alfeo, y Tadeo; Simón el cananeo, y Judas Iscariote, el que traicionó a Jesús. Jesús envió a estos doce con las siguientes instrucciones: “No os dirijáis a las regiones de los paganos ni entréis en los pueblos de Samaria; id más bien a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Id y anunciad que el reino de los cielos está cerca. Sanad a los enfermos, resucitad a los muertos, limpiad de su enfermedad a los leprosos y expulsad a los demonios. Gratis habéis recibido este poder: dadlo gratis.”


Me gustaría saber radiografiar el evangelio. Ojalá supiera. El de hoy comienza con una mirada: “al ver Jesús a las gentes”. Jesús mira a su pueblo, y lo que ve le traspasa el alma: “Al ver Jesús a las gentes se compadecía de ellas porque estaban extenuadas y abandonadas como ovejas sin pastor”.
Si me preguntan ¿cómo es la compasión en Jesús?, tendré que decir que su compasión está relacionada con la voluntad del Padre.
Y he aquí la primera enseñanza: todo aquel que sigue a Jesús ha de vivir lo que el Amor de Dios ha manifestado en su Hijo, la MISERICORDIA. Tras este sentimiento, Jesús dice a los discípulos: “La mies es abundante, pero los trabajadores pocos; rogad pues al dueño de la mies que mande trabajadores para su mies”.
La mies está a punto, pero los obreros son pocos. Y ante la inmensidad del trabajo pide colaboradores, y añade: “Rogad pues al dueño de la mies...” La compasión lleva a la oración y a la acción, por eso “llamó a los doce y los envió”.
Hoy, el Señor también siente compasión y llama de nuevo. Y entre otros, nos llama a nosotros, a ti, y a mí, por nuestro nombre, porque lo tiene “tatuado en la palma de su mano”.
Alguien escribió, más o menos, esto: El astro rey se ocultaba por el poniente, pero viendo que la tierra se sumergía en la oscuridad preguntó con tristeza: ¿No habrá quien me releve? La humilde lamparilla de barro se le quedó mirando y exclamó: Maestro, aquí estoy, se hará lo que se pueda.

Y Jesús escogió a los doce y los envió.
¿POR QUÉ NO TE ATREVES A SEGUIRLO?

No hay comentarios: