sábado, 7 de junio de 2008

DAME SEÑOR




DAME SEÑOR...


DAME CAUSAS…
Para que no me quede sólo en las palabras. Para que tu rostro se confunda con rostros de hombres y mujeres que, hoy, me hablan de ti… Dame algo por lo que luchar, aunque parezcan cosas pequeñas, en las que el mundo se vaya haciendo más humano y mejor. Empújame un poco si me ves demasiado quieto. Inquiétame un poco si me ves dormido. Espabílame si no me pongo en camino. Ilumíname si me notas ciego, y agudízame el oído si me encuentras sordo.

DAME VALOR...
Porque una cosa es hablar y otra dar trigo. Una cosa es desear que las heridas se sanen y otra estar dispuesto a que, en el proceso, algo del dolor me toque a mí. Una cosa es anhelar que todos tengan paz, pan y techo, y otra estar dispuesto a salir a terreno descubierto, donde está quien carece de todo. Dame el coraje de tomar, hoy y siempre, la dirección que me acerque a tu Reino.


DAME SABIDURIA...
Que esa sea mi arma y mi herramienta, la sabiduría de quien sabe que Tú llenas un corazón si se deja. La sabiduría de quien ha experimentado que dar se conjuga mejor que exigir, que amar es el camino. La sabiduría de quien te percibe no como un icono, sino como un Dios vivo que, en mi oído, susurra palabras de evangelio. La sabiduría de quien siente que Tú llenas de pasión una vida. La sabiduría de quien sabe que las tormentas se pueden vencer sólo si estás en medio de ellas.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Muy buen trabajo: motivador, esperanzador y las oraciones llenas de coraje.¡Que el Dios de la vida nos permita reconocerlo siempre!