Congregación Hermanas Salesianas Sagrado Corazon de Jesus
viernes, 9 de abril de 2010
lunes, 5 de abril de 2010
¡¡¡RESUCITÓ!!!
miércoles, 31 de marzo de 2010
lunes, 29 de marzo de 2010
DECÁLOGO PARA HACER DE LA PALABRA DE DIOS ORACIÓN
Cayó hace tiempo en mis manos el siguiente decálogo anónimo de consejos sobre la oración desde la Palabra de Dios. Dice así:
1.- ESCUCHA: Calla y escucha: el cielo emite día y noche.
2.- ESCUCHA BIEN: No ores para que Dios realice tus planes, sino que para descubras e interpretes los planes de Dios.
3.- PIDE: Pero no olvides que la fuerza de tu debilidad es la oración.
4.- PIDE BIEN: Hazlo atento, humilde, confiado, insiste, unido a Cristo. "Pedid y recibiréis", dijo el Señor.
5.- REZA DE CORAZÓN: ¿No sabes qué decirle a Dios? Háblale de vuestros mutuos intereses. Muchas veces. Y a solas. Con confianza, con infinita confianza porque El es tu Padre.
6.- CALLA: No conviertas tu oración en un monólogo. Harías a Dios autor de tus propios pensamientos.
7.- SÉ TÚ MISMO: No seas ni engreído ni falsamente humilde. Reza como el publicano no como el fariseo.
8.- ESTÁ: No te agobies por las distracciones involuntarias. Descuida: Dios, como el sol, broncea con solo ponerse delante.
9.- LEE: Si alguna vez piensas, cuando hablas con Dios, El nos responde, lee la Biblia. Es su Palabra. Palabra de vida eterna, Palabra que hoy y aquí te habla a ti.
10.- VIVE: No hables nunca de ratos de oración: ten "vida de oración".
Y reza confiado, por ejemplo, en la hora del alba:
jueves, 25 de marzo de 2010
ES UN TÚ EN TI
martes, 23 de marzo de 2010
CONVIÉRTENOS SEÑOR
Convierte, Señor, nuestros oídos para que estén abiertos a tu Palabra
Convierte, Señor, nuestros ojos para que no miren a otro lado
Recibe, Señor, nuestra ceguera y transfórmala en luz.
Recibe, Señor, nuestro corazón endurecido
Recibe, Señor, nuestro orgullo
Recibe, Señor, nuestro afán de consumir
Recibe, Señor, nuestras codicias
Recibe, Señor, nuestros miedos
Recibe, Señor, nuestra indiferencia y pasividad
Recibe, Señor, nuestras crisis
Recibe, Señor, nuestra agresividad
Recibe, Señor, nuestro desaliento y cansancios
Recibe, Señor, nuestros sufrimientos
Recibe, Señor, nuestro realismo y lógica
Recibe, Señor, nuestra sequedad
domingo, 21 de marzo de 2010
TAMPOCO YO TE CONDENO
En aquel tiempo, Jesús se retiró al monte de los Olivos. Al amanecer se presentó de nuevo en el templo, y todo el pueblo acudía a él, y, sentándose, les enseñaba. Los escribas y los fariseos le traen una mujer sorprendida en adulterio, y, colocándola en medio, le dijeron: «Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. La ley de Moisés nos manda apedrear a las adúlteras; tú, ¿qué dices?» Le preguntaban esto para comprometerlo y poder acusarlo. Pero Jesús, inclinándose, escribía con el dedo en el suelo. Como insistían en preguntarle, se incorporó y les dijo: «El que esté sin pecado, que le tire la primera piedra.» E inclinándose otra vez, siguió escribiendo. Ellos, al oírlo, se fueron escabullendo uno a uno, empezando por los más viejos. Y quedó solo Jesús, con la mujer, en medio, que seguía allí delante. Jesús se incorporó y le preguntó: «Mujer, ¿dónde están tus acusadores?; ¿ninguno te ha condenado?» Ella contestó: «Ninguno, Señor.» Jesús dijo: «Tampoco yo te condeno. Anda, y en adelante no peques más.»
Es la experiencia de toda persona: no soy lo que debía ser, no vivo a la altura de mí mismo. Sé que podría muchas veces evitar el mal; sé que puedo ser mejor, pero siento dentro de mí 'algo' que me lleva a actuar mal. Lo decía hace muchos años Pablo de Tarso: «No hago el bien que quiero, sino que obro el mal que no quiero (Rm. 7,19). ¿Qué podemos hacer?, ¿cómo vivir todo esto ante Dios?
El Credo nos invita a «creer en el perdón de los pecados». No es tan fácil. Afirmamos que Dios es perdón insondable, pero luego proyectamos constantemente sobre él nuestros miedos, fantasmas y resentimientos oscureciendo su amor infinito y convirtiendo a Dios en un ser justiciero del que lo primero es defenderse.
Hemos de liberar a Dios de los malentendidos con los que deformamos su verdadero rostro. En Dios no hay ni sombra de egoísmo, resentimiento o venganza. Dios está siempre volcado sobre nosotros apoyándonos en ese esfuerzo moral que hemos de hacer para construirnos como personas. Y ahora que hemos pecado, sigue ahí como «mano tendida» que quiere sacarnos del fracaso.
Dios sólo es perdón y apoyo aunque, bajo el peso de la culpabilidad, nosotros lo convirtamos a veces en juez condenador, más preocupado por su honor que por nuestro bien. La escena evangélica es clarificadora. Todos quieren «echar piedras» sobre la adúltera, todos menos Jesús. Todos quieren convertir a Jesús en «juez condenador», pero él, lleno de Dios, reacciona de manera sorprendente: «No te condeno. Anda y, en adelante, no peques más
sábado, 20 de marzo de 2010
CONVERSIÓN
(Ignacio Iglesias, sj)
viernes, 19 de marzo de 2010
jueves, 11 de marzo de 2010
EN MEMORIA. JUEVES 11 DE MARZO
EN MEMORIA DE TODAS LAS VÍCTIMAS DEL 11 DE MARZO.
NUNCA MÁS.
CONSTRUYAMOS ENTRE TODOS UN MUNDO DE PAZ
martes, 9 de marzo de 2010
sábado, 27 de febrero de 2010
BEATA PIEDAD DE LA CRUZ
M. Piedad, naciste para ser Santa
y con tu vida nos invitas cada día
a vivir una entrega radical a Jesús
para ser mensajeras de tu MISERICORDIA
en nuestro mundo.
jueves, 25 de febrero de 2010
COMO LAS VIOLETAS
sábado, 20 de febrero de 2010
martes, 16 de febrero de 2010
¿A QUIÉN ENVIARÉ?... ENVÍAME A MÍ. RENOVACIÓN DE VOTOS
¿A QUIÉN ENVIARÉ? ¿QUIÉN IRÁ DE MI PARTE?...
Blanca, Juanita, María Eugenia, Isabel y Carmen en Santiago de Chile y Shirley y Esther, en (España), respondieron de nuevo a la pregunta del Señor. Ellas, una vez más, le dicen "ENVÍAME A MÍ" y renuevan sus Votos de pobreza, castidad y obediencia y prometen, fiadas en la llamada que Él les hace y de la mano de María, seguirle como Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús.
Envíame para ser cauce de tu MISERICORDIA entre los jóvenes y los niños, los enfermos y los ancianos, entre los pobres y aquellos que no te conocen... ENVÍAME A MÍ.
Nuestro mundo necesita jóvenes valientes y generosas, capaces de arriesgar su vida, de comprometerse en esta bella aventura de seguir a Jesús. ¡NO DEJES PASAR SU PALABRA...!
¡¡FELICIDADES!!
lunes, 15 de febrero de 2010
VIOLETA QUIERO SER, SEÑOR. PROFESIÓN RELIGIOSA
Como violetas, esparciendo el perfume del amor entre los más necesitados. Ana, Rosa y Gloria, tres jóvenes valientes que apuestan por Jesús, para seguirlo entregándole lo más bello de ellas, su vida joven.
Y se deciden a seguirlo profesando los votos de castidad, pobreza y obediencia, con un estilo muy peculiar, el que nos marcó nuestra Fundadora, la Beata Piedad de la Cruz: una vida sencilla repartiendo la misericordia del Corazón de Jesús entre aquellos que más lo necesitan.
¡FELICIDADES HERMANAS!
domingo, 14 de febrero de 2010
PROYECTO DE BARRO. NOVICIAS 2010
Maritza, Yuli, Cindy, Genoveva y Fabiola, cinco jóvenes que atentas al paso de Dios por sus vidas, han escuchado la llamada que Jesús les hace a seguirle más de cerca. Lo han dejado todo, su familia, su país, sus propios intereses, sus sueños, para iniciar esta aventura al lado del que ya tiene un sueño pensado para cada una de ellas.
El 24 de Enero, en Santiago de Chile, iniciaron la vida religiosa en nuestro Noviciado de HH. Salesianas del Sagrado Corazón de Jesús. Como M. Piedad de la Cruz, barro que quiere moldearse en las manos del Creador, para ser la vasija que Él tiene pensada para cada una, para entregar su vida totalmente a Jesús y por Él a los hermanos más necesitados.
Que vuestro deseo sea ser toda de Dios, como M. Piedad. ¡Adelante, vivid a fondo la aventura del amor en este tiempo de noviciado! ¡FELICIDADES HERMANITAS!
¡BIENAVENTURADOS!
domingo, 7 de febrero de 2010
REMA MAR ADENTRO
"En aquel tiempo, la gente se agolpaba alrededor de Jesús para oír la palabra de Dios, estando él a orillas del lago de Genesaret. Vio dos barcas que estaban junto a la orilla; los pescadores habían desembarcado y estaban lavando las redes. Subió a una de las barcas, la de Simón, y le pidió que la apartara un poco de tierra. Desde la barca, sentado, enseñaba a la gente. Cuando acabó de hablar, dijo a Simón: "Rema mar adentro, y echad las redes para pescar."
Simón contestó: "Maestro, nos hemos pasado la noche bregando y no hemos cogido nada; pero, por tu palabra, echaré las redes."
Y, puestos a la obra, hicieron una redada de peces tan grande que reventaba la red. Hicieron señas a los socios de la otra barca, para que vinieran a echarles una mano. Se acercaron ellos y llenaron las dos barcas, que casi se hundían. Al ver esto, Simón Pedro se arrojó a los pies de Jesús diciendo: "Apártate de mí, Señor, que soy un pecador."
Y es que el asombro se había apoderado de él y de los que estaban con él, al ver la redada de peces que habían cogido; y lo mismo les pasaba a Santiago y Juan, hijos de Zebedeo, que eran compañeros de Simón.
Jesús dijo a Simón: "No temas; desde ahora serás pescador de hombres." Ellos sacaron las barcas a tierra y, dejándolo todo, lo siguieron".
miércoles, 3 de febrero de 2010
martes, 2 de febrero de 2010
TESTIGOS DEL DIOS DE LA VIDA
Los consagrados somos peregrinos, testigos del Dios de la Vida. En medio de la noche de nuestro mundo, encendemos una LUZ en el nombre de JESÚS.
CAMINOS DE CONSAGRACIÓN
El paso de los siglos ha ido dejando estelas en un camino que cruzó nuestra tierra, un camino que tenía como origen la búsqueda de la belleza y del bien que palpita en el corazón humano, y que ha hallado como respuesta a todas sus preguntas el encuentro con aquel Hombre Dios que no sólo nos dijo cuál era el camino sino que se puso a recorrerlo con nosotros. Cristo es Camino y caminante junto a cada uno de nosotros.
Entre los primeros testigos que Él llamó en la Palestina de entonces, algunos fueron luego enviados para que narrasen cuanto habían visto y oído. Aquellos primeros apóstoles, enviados, siguieron el mandado del Maestro y fueron hasta los confines de la tierra para anunciar una Buena Noticia portadora de la luz y la esperanza que Cristo mismo nos alumbró.
Santiago nos contó lo que escuchó en los labios del Maestro, quiso compartir su asombro agradecido al ver de mil modos la ternura y la misericordia de Dios que se hacía gesto liberador de tantas cautividades, y nos dejó plasmado en su predicación ese Evangelio que prendió en sus entrañas. Sus dificultades fueron no pocas en aquella Hispania romana que no se abría tan fácilmente a la novedad que el apóstol nos traía, pero dejó sembrada la palabra de Jesús, y nos repartió de tantas maneras su gracia, tanto, tanto, que al morir en Jerusalén irían los discípulos hispanos a recoger su cuerpo para traerlo hasta el finisterrae de sus andanzas apostólicas.
Desde entonces, tras el hallazgo milagroso que la tradición nos atestigua del cuerpo de Santiago en el Campus Stellae, Compostela, han sido muchos los que han querido hacer este camino, cuyo año jubilar estamos celebrando. Son muchas las estelas, tantas como estrellas, que nos han dejado el precioso testimonio del afán sincero de los romeros y peregrinos que han recorrido esta senda.
Compartimos con todos ellos la necesidad de salir de nosotros mismos, y poner hondura y verdad en tantas cosas que nos complican nuestro cotidiano caminar, haciendo torpe o mezquino lo que alguna vez hemos soñado como hermoso y grácil. Todas nuestras preguntas nos hacen peregrinos de una Verdad que tiene rostro y tiene nombre, y nos ponen en la andanza de un camino que tiene meta. Santiago peregrinó hasta aquí para darnos a Jesucristo, nosotros peregrinamos a Santiago para encontrarnos con Jesús el Señor.
Nuestra tierra se honra en el recuerdo de esta historia, y reconoce en las huellas que otros hombres y mujeres han dejado las señales iluminadoras que quieren orientar nuestros pasos de hoy y los que mañana recorreremos. El arte, la cultura, la hospitalidad, la vocación andariega y el sabernos peregrinos de lo mejor encuentran en este Camino de Santiago una senda que nos habla del hombre
y que nos habla de Dios.
Y esto es lo que los santos fundadores han plasmado también con los carismas que, como estelas, Dios ha querido señalar. Son estelas que recuerdan palabras o gestos de Jesús, y que se confían a una familia religiosa como custodios de ese memorial evangélico. Los hombres y mujeres de una generación necesitan estas señales que representan los carismas de la vida consagrada. Somos caminantes y peregrinos, y recorriendo las sendas de la vida el Señor nos constituye en portadores y portavoces de una santa tensión, por la que, teniéndole a Él como origen y como destino de nuestra andadura, recordamos a los hermanos que este camino tiene meta.
Jesús Sanz Montes, ofm
Arzobispo de Oviedo
Presidente de la C.E. para la Vida Consagrada
domingo, 31 de enero de 2010
M. PIEDAD, UN SÍ A LA VIDA
TE ESCOGÍ..., TE CONSAGRÉ
En aquel tiempo, comenzó Jesús a decir en la sinagoga: «Hoy se cumple esta Escritura que acabáis de oír.»Y todos le expresaban su aprobación y se admiraban de las palabras de gracia que salían de sus labios. Y decían: «¿No es éste el hijo de José?»Y Jesús les dijo: «Sin duda me recitaréis aquel refrán: "Médico, cúrate a ti mismo"; haz también aquí en tu tierra lo que hemos oído que has hecho en Cafarnaún.»Y añadió: «Os aseguro que ningún profeta es bien mirado en su tierra. Os garantizo que en Israel habla muchas viudas en tiempos de Elías, cuando estuvo cerrado el cielo tres años y seis meses, y hubo una gran hambre en todo el país; sin embargo, a ninguna de ellas fue enviado Elías, más que a una viuda de Sarepta, en el territorio de Sidón. Y muchos leprosos había en Israel en tiempos del profeta Eliseo; sin embargo, ninguno de ellos fue curado, más que Naamán, el sirio.»Al oír esto, todos en la sinagoga se pusieron furiosos y, levantándose, lo empujaron fuera del pueblo hasta un barranco del monte en donde se alzaba su pueblo, con intención de despeñarlo. Pero Jesús se abrió paso entre ellos y se alejaba.
“Te escogí… te consagré… te envío… Yo estoy contigo para librarte”. Jeremías toma conciencia de su vocación como profeta. ¿Cuántos nos vemos identificados con esta llamada-invitación?, ¿o con esta consagración-misión?, ¿o con esta fiel compañía favorable?... La conciencia de sentirme llamada, me hace bien, me hace feliz. Y la razón primera y última de esta elección-consagración-misión es alcanzar y disfrutar lo excelente, lo máximo, en cristiano, “ambicionando lo mejor”. Para ello el camino mejor es el amor. Amor paciente, afable, no envidioso ni presuntuoso, no egoísta ni mal educado… Un amor así, no pasa nunca, no se acabará.
Sólo los que aman mucho son capaces de mantenerse constantes en el momento del rechazo. Siguen amando porque para ellos el amor no es una emoción sino una actitud, un estilo de vivir. Saben que Dios es amor. Y que solo amando podremos hacer un mundo más humano, más fraterno: el mundo que Dios quiere.