miércoles, 24 de diciembre de 2008

LA PALABRA SE HIZO CARNE




Lectura del santo evangelio según san Juan 1. 1-18

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios, y la Palabra era Dios.La Palabra en el principio estaba junto a Dios.Por medio de la Palabra se hizo todo, y sin ella no se hizo nada de lo que se ha hecho.En la Palabra habla vida, y la vida era la luz de los hombres.La luz brilla en la tiniebla, y la tiniebla no la recibió.Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe.No era él la luz, sino testigo de la luz.La Palabra era la luz verdadera, ,que alumbra a todo hombre.Al inundo vino, y en el mundo estaba; el mundo se hizo por medio de ella, y el mundo no la conoció.Vino a su casa, y los suyos no la recibieron.Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre.Éstos no han nacido de sangre, ni de amor carnal,ni de amor humano, sino de Dios.Y la Palabra se hizo carne y acampó entre nosotros, y hemos contemplado su gloria: gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de gracia y de verdad.Juan da testimonio de él y grita diciendo:«Éste es de quien dije: "El que viene detrás de mí pasa delante de mí, porque existía antes que yo."»Pues de su plenitud todos hemos recibido, gracia tras gracia.Porque la ley se dio por medio de Moisés, la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo.A Dios nadie lo ha visto jamás: Dios Hijo único, que está en el seno del Padre, es quien lo ha dado a conocer.

La Palabra, el Verbo, se ha dicho al hombre. Y se ha dicho, de tal forma, que no necesita posible traductor porque es Dios mismo quien sale de sí, y se convierte en mensajero y mensaje, en remitente y en envío.Como dice Isaías, ya podemos ver cara a cara a Dios. No es una idea, sino un rostro humano que ha podido acariciarse, acunarse y mecerse. Dios no es una cosa oculta a los ojos de los hombres, sino que se puede acompañar, seguir o abandonar.
Dios nos ha hablado aquí hoy no con meras promesas sino en la persona viviente de su propio Hijo.Él vino como luz que ilumina nuestra oscuridad.¿Cómo podríamos nosotros todavía permanecer en la tiniebla? Él nos ha hecho hijos e hijas de Dios.¿Vivimos efectivamente como hijos e hijas suyos?¿Estamos reflejando su luz a los hermanos?En medio de la alegría de Navidad,no olvidemos nuestra bella misión: dar a Jesús al mundo.
¡FELIZ NAVIDAD!

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