jueves, 17 de julio de 2008

PEQUEÑA SEMILLA


El crecimiento del trigo, la fuerza de la levadura y del grano de mostaza, sólo se explican porque el Espíritu Santo se halla presente en toda semilla y palabra del Reino. Por eso, estas parábolas nos invitan a abrirnos al Espíritu, para que él sea el que ilumine nuestro entendimiento con la verdad; para que Él nos fortalezca, aunque sigamos viviendo rodeados de cizaña; y para que nos conceda el valor necesario para ser testigos de la fe.
Quizá esta semana deberíamos orar diciendo: Espíritu Santo danos paciencia, haz que sepamos respetar el tiempo y el crecimiento nuestro y de los demás. Danos capacidad para que acojamos a todos como el arbusto de la mostaza que recibe a cuantos se le acercan.
Y danos la gracia de ser fieles a Jesús, para que tengamos sabor a evangelio y fermentemos nuestro mundo con su Palabra.

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