Con los jóvenes, en el encuentro en Bocairent, nos afanamos en buscar un corazón, el de M. Piedad, y sí, ¡¡¡lo encontramos!!!, allí estaba, con nosotros, dispuesta vivir esta gran fiesta de toda la familia salesiana y a enseñarnos a amar a Jesús, y a seguirle con nuestro corazón joven y ser testigos de esperanza, como ella.
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