sábado, 21 de noviembre de 2009

MI REINO NO ES DE ESTE MUNDO


Lectura del santo evangelio según san Juan:

En aquel tiempo, dijo Pilato a Jesús: «¿Eres tú el rey de los judíos?»Jesús le contestó: «¿Dices eso por tu cuenta o te lo han dicho otros de mí?»Pilato replicó: «¿Acaso soy yo judío? Tu gente y los sumos sacerdotes te han entregado a mí; ¿qué has hecho?»Jesús le contestó: «Mi reino no es de este mundo. Si mi reino fuera de este mundo, mi guardia habría luchado para que no cayera en manos de los judíos. Pero mi reino no es de aquí.»Pilato le dijo: «Conque, ¿tú eres rey?»Jesús le contestó: «Tú lo dices: soy rey. Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad. Todo el que es de la verdad escucha mi voz.»Jesús rey: “Yo para esto he nacido y para esto he venido al mundo; para ser testigo de la verdad…”

Jesús prefiere ser testigo que rey, y no olvidemos que pudo ser rey, pero su opción final siempre es el Padre. Asume como misión ser “testigo de la verdad” a cualquier precio. Su voluntad está con Dios y su misión con el hombre. Decide abrir el camino de Dios al hombre y del hombre a Dios.Apuesta por nosotros porque para Jesús lo primero es el Padre y el Padre es amor por el hombre. Va unido: “nadie puede amar a Dios, a quien no ve, si no ama a su hermano, a quien ve”.Dios siempre unido al hombre, siempre.

Si nuestra opción es Dios, no podemos aislarlo del hermano, porque entonces nos equivocamos de Dios. Ese no es el Dios de Jesús. Jesús es testigo, Jesús es Rey del amor de Dios a los hombres.Hay que salir a la calle, hay que salir al mundo y amar, sólo así nuestro amor podrá ser testigo de la verdad: y he dicho “nuestro amor”, no nosotros; nosotros nunca podremos ser Jesús pero podemos amar como nos enseñó para que esos momentos intensos y puntuales sean testimonio del amor de Dios al hombre; no del nuestro: ¿me explico?

Yo no podría nunca contestarle a algún Pilato: “Tú lo dices: yo soy reina”, ni siquiera que soy “testigo de la verdad”, pero puedo, gracias a la fuerza de su Espíritu, amar.Yo no se amar a todo el mundo en todo momento, pero puedo sentir amor por un alumno más desastroso cuando en clase cruzamos una sonrisa, entonces el amor de Dios se hace presente en ese breve momento de intimidad y traspasa nuestros corazones y nos hace testigos de su amor… ¡y nosotros sin saberlo!No, yo no puedo mantener el amor permanentemente pero puedo dejarlo traspasar en momentos puntuales de mi vida y mi entorno: con mi familia, con mis amigos, con mis compañeros de trabajo, con mis alumnos, con mis vecinos, con la cajera del súper del barrio, con la señora que limpia la escalera, con el conductor del bus urbano, con mi grupo de revisión de vida, con el dependiente del videoclub, con aquellas personas desfavorecidas a las que dedico voluntariamente mi tiempo y me ayudan en la alegría de la entrega…No, yo no puedo mantener el amor permanentemente, pero puedo y debo estar abierta y atenta para recibirlo y lanzarlo a mi vida, cuanto más consienta en recibir, más podré ofrecer; y en este intenso ejercicio mi corazón se ensancha, crece y da gloria y gracias a Dios por su Amor.

No hay comentarios: