domingo, 3 de mayo de 2009

YO SOY EL BUEN PASTOR






Todos somos pastores de nuestros hermanos. En el nombre de Jesús Nazareno hacemos nuestro camino y formamos una comunidad de hombres y mujeres libres. Tenemos un solo Pastor: Jesús el Nazareno. Leemos juntos su Palabra que ilumina nuestra vida. Y juntos y en diálogo vamos encontrando el camino, personal y comunitario, para vivir como hombres y mujeres nuevos, para llevar a todo el mundo la buena nueva de la salvación, que es la misión que Jesús mismo nos ha encomendado a todos.

Todos somos iguales. Todos somos hijos de Dios. Ciertamente, algunos en la comunidad han asumido una función de servicio, de organización, de atención a la comunidad. Por extensión los llamamos pastores. Conviene siempre que recuerden que no hay más que un pastor y que ellos mismos se han de sentir “pastoreados” por ese único Pastor y por sus hermanos de comunidad.

Hoy, y siempre, rezamos por ellos (religiosas, religiosos, diáconos, sacerdotes, obispos, papa) para que sean servidores de la comunidad. Para que sean como el pastor, atentos a todos, que da la vida, y no como el asalariado que se aprovecha de las ovejas para su propio bienestar. Hoy, Jornada Mundial de Oración por las Vocaciones, oramos para que haya muchos que den un paso al frente y asuman la tarea de servir a sus hermanos y hermanas como sacerdotes, como religiosos o religiosas. Hoy oramos también por todos los que formamos la comunidad para que sintamos la responsabilidad de ser pastores unos de otros, de atendernos y cuidarnos unos a otros con el respeto que siempre merecen los Hijos de Dios.

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