Congregación Hermanas Salesianas Sagrado Corazon de Jesus
miércoles, 12 de agosto de 2009
lunes, 10 de agosto de 2009
sábado, 8 de agosto de 2009
YO SOY EL PAN DE LA VIDA
Civilización es una palabra ambigua. Puede significar salir de la caverna, comunicarnos a un nivel más profundo, desterrar el analfabetismo, eliminar todos los virus, conquistar los astros, suprimir las distancias, financiarnos definitivamente o... rodearnos de electrodomésticos.
¿Nos hemos civilizado? Profundizamos en el conocimiento del hombre, pero a la vez inventamos armas en cantidades ilimitadas. Hemos multiplicado las leyes, las teorías, los grupos, las organizaciones.
Pero no hemos logrado ni la paz, ni la dicha, ni el pan para todos. La cifra es tan dolorosa que preferimos olvidarla: Cada año mueren cerca de treinta millones de personas por alimentación insuficiente. ¡Hambre!
Dice un autor que la primera página de la historia de la civilización debiera comenzar por una simple noticia: ¡Entonces hubo pan para todos los habitantes de la tierra! El pan ocupa un lugar preeminente entre los temas del Evangelio de San Juan. Al fin y al cabo, el pan es la preocupación de todos los que, cómo Dios, son padres de familia.
Pero Jesús insiste en que distingamos entre el pan y el Pan. Cómo en el diálogo con la Samaritana, cuando nos habla de dos clases de agua. Todos luchamos por el alimento. El Señor lo sabe.
Por eso nos enseña a pedirlo todos los días en el Padrenuestro. Pero además de pan necesitamos ideales, valores, calidad de vida, bienes del espíritu, paz interior, realización, compañía. Sin ellos, cualquier alimento, aun el más exquisito, resulta insuficiente.
Cristo nos invita a luchar por “el alimento que perdura”, es decir, a cultivar aspiraciones más altas. Porque cada cual sueña con sus pequeños mesías. Los espera para que hagan más rentables sus ahorros, solucionen su problema de vivienda, enmienden sus errores personales o le regalen una felicidad prefabricada.
Pero tales mesías suelen defraudarnos. Cristo, en cambio, se presenta cómo “Pan bajado del cielo”. Quiere que le busquemos cómo se busca el pan: Todos los días, con la constancia y la terquedad del hambre. El nos es necesario. Nuestro problema es de alimento. Nos hace falta algo que llene nuestro interior.
Lo alcanzamos cuando llegamos hasta El para ponerlo en nuestra conciencia.Lo alcanzamos al comprobar que toda nuestra hambre va en busca de algo que no se marchita con la muerte.
jueves, 6 de agosto de 2009
BIENAVENTURANZAS DEL PEREGRINO
- Bienaventurado eres, peregrino, si descubres que el camino te abre los ojos a los que no se ve.
- Bienaventurado eres, peregrino, si lo más te preocupa no es llegar sino llegar con los otros.
- Bienaventurado eres, peregrino, cuando contemplas el camino y lo descubres lleno de nombres y de amaneceres.
- Bienaventurado eres, peregrino, porque has descubierto que el camino comienza realmente cuando se acaba.
- Bienaventurado eres, peregrino, si tu mochila se va vaciando de cosas y tu corazón no sabe dónde colocar tantas emociones.
- Bienaventurado eres, peregrino, cuando te faltan palabras para agradecer todo lo que te sorprende en cada recodo del camino.
- Bienaventurado eres, peregrino, si descubres que un paso atrás para ayudar a otro vale más que mil pasos adelante sin mirar a tu lado.
- Bienaventurado eres, peregrino, si haces de tu camino una vida y de tu vida un camino en busca de quien es el auténtico camino y la vida: Cristo.
- Bienaventurado eres, peregrino, si en el camino te encuentras contigo mismo y te regalas un tiempo para no descuidar la imagen de tu corazón.
- Bienaventurado eres, peregrino, si descubres que el camino tiene mucho de silencio, y el silencio de oración, y la oración de encuentro con el Padre que te espera.
miércoles, 5 de agosto de 2009
¿QUÉ RESPONDES TÚ?...
Haz silencio y ESCUCHA... y luego, ¿QUÉ RESPONDES?... No tengas miedo, vive la aventura de seguir su LLAMADA
martes, 4 de agosto de 2009
JORNADA MUNDIAL DE LA JUVENTUD. MADRID 2011
martes, 30 de junio de 2009
MENÚ DE VERANO
1º De primero, DESCANSO
«Venid a mí los que estáis fatigados y sobrecargados, y yo os daré descanso» (Mt 11,18)
Pues sí, parece que uno termina junio, y el curso, un poco acelerado. Por los exámenes, por el desgaste del curso, porque los meses de trabajo han ido siendo intensos… y por eso hace falta descansar un poco. Dormir más, vivir un poco más despacio, mirar el reloj menos a menudo, prescindir de agendas. Cada quien sabemos qué es lo que nos descansa. Pero, sea lo que sea, no descansar “de” Dios, sino con Dios. Dejarle que “venga conmigo”, ser consciente de su presencia en mi vida, también en este tiempo de reposo.
2º De segundo, CALIDAD
«María, por su parte, escuchaba todas estas cosas y las guardaba en su corazón» (Lc 2,19)
Es tiempo de hacer muchas cosas que siempre apetecen, pero para las que nunca parezco encontrar el momento adecuado: leer alguna buena novela, ver alguna película pendiente, escribir a gente querida, hablar con los míos un poco más despacio, echar largos y profundos ratos de familia…
Si las vacaciones son largas, tal vez asomarme a espacios, realidades, gentes que normalmente no forman parte de mi vida… Es tiempo para recorrer espacios distintos. También es tiempo para un poquito de calidad en la relación con Dios (porque si no, a veces parece que Dios cae en la parte del “trabajo” o la “obligación”, cuando resulta que puede ser fuente de encuentro y plenitud). Por eso este verano puede ser un tiempo para intentar conocerle más (leer sobre Él, pensar, rezar algún rato, tratar de releer su presencia en mi vida).
3º Y de postre, GRATITUD
«Y que la paz de Cristo presida vuestros corazones, pues a ella habéis sido llamados formando un solo Cuerpo. Y sed agradecidos» (Col 3,15)
Es un privilegio poder descansar. Y es una suerte tener una vida que, con sus altos y bajos, me va poniendo en contacto con gentes, con mundos, con historias.
Por eso, el verano puede ser tiempo para una mirada agradecida al curso que se va. A lo bueno, que en estos meses ha sido fuente de alegría. A lo difícil, que ha podido ser... A las gentes, las palabras, los momentos. Los retos. A Dios, por la oportunidad de vivir, elegir, caer y levantarme, aprender, amar, construir, imaginar, sentir, pensar, creer…
Gracias.
Puedo dedicar algún rato a hacerme consciente de este curso que se va.
Y a darle gracias a Dios por él.
sábado, 27 de junio de 2009
¿QUIÉN ME HA TOCADO?
viernes, 26 de junio de 2009
LA ÚLTIMA PALABRA LA TIENE EL AMOR
domingo, 21 de junio de 2009
LA TEMPESTAD CALMADA
Lectura del santo evangelio según san Marcos (4,35-40)
"Un día, al atardecer, dijo Jesús a sus discípulos: «Vamos a la otra orilla.»Dejando a la gente, se lo llevaron en barca, como estaba; otras barcas lo acompañaban. Se levantó un fuerte huracán, y las olas rompían contra la barca hasta casi llenarla de agua. Él estaba a popa, dormido sobre un almohadón. Lo despertaron, diciéndole: «Maestro, ¿no te importa que nos hundamos?»Se puso en pie, increpó al viento y dijo al lago: «¡Silencio, cállate!» El viento cesó y vino una gran calma. Él les dijo: «¿Por qué sois tan cobardes? ¿Aún no tenéis fe?» Se quedaron espantados y se decían unos a otros: «¿Pero quién es éste? ¡Hasta el viento y las aguas le obedecen!»
En la vida pasamos también por muchas tormentas. La vida es cambio y no siempre tranquilo. Hay muchos problemas que nos atenazan. Hay muchos momentos de crisis. Son como las olas que chocan continuamente contra la orilla y terminan por romperla.
En la Iglesia también sentimos las amenazas de las olas que chocan contra esta barca del reino. Algunos viven atemorizados porque piensan que esta sociedad nos ataca y va a terminar por hundir la frágil barquilla que para ellos es la Iglesia.
Frente a los que se empeñan en levantar muros y paredes y techos que nos defiendan de los vientos de este mundo, hay que recordar que nuestro Dios es el creador de todo, también de los vientos, que hay que confiar en él y en Jesús, su hijo y señor nuestro. Sólo él es capaz de levantar las peñas que aguantan todo. La frágil barquilla de la Iglesia no es tan frágil porque cuenta con la presencia de Jesús. Nuestra vida puede estar agitada por la enfermedad, los disgustos y tantas otras cosas. Sentiremos el choque de las olas, hasta es posible que nos mareemos y sintamos miedo. Pero sabemos que el Señor está con nosotros. Y que, con su presencia, no hay mar ni tormenta que no podamos atravesar. Es cuestión de confiar. Y saber que siempre, siempre, después de la tormenta, viene la calma. Porque el Señor lo es también de la tormenta.
Entonces, ¿nos da lo mismo todo? No. De ninguna manera. Con Jesús nos sentimos servidores del Reino, trabajadores de la fraternidad, atentos a las necesidades de nuestros hermanos y hermanas. Seguros de que todo lo que hagamos en favor del Reino estará bendecido por Dios. Y, sin desanimarnos nunca, porque sabemos que estamos apoyados en la roca firme, la que aguanta todas las olas y vientos; porque sabemos que nuestra barca aguantará la tormenta. En el nombre de Jesús.
martes, 16 de junio de 2009
ESTE VERANO... DE MARCHA
LLEGAREMOS A TIEMPO
TRAS LAS HUELLAS DE SAN PABLO
lunes, 15 de junio de 2009
domingo, 14 de junio de 2009
EL MEJOR REGALO
El primer día de los Ázimos, cuando se sacrificaba el cordero pascual, le dijeron a Jesús sus discípulos: «¿Dónde quieres que vayamos a prepararte la cena de Pascua?» Él envió a dos discípulos, diciéndoles: «Id a la ciudad, encontraréis un hombre que lleva un cántaro de agua; seguidlo y, en la casa en que entre, decidle al dueño: "El Maestro pregunta: ¿Dónde está la habitación en que voy a comer la Pascua con mis discípulos?" Os enseñará una sala grande en el piso de arriba, arreglada con divanes. Preparadnos allí la cena.» Los discípulos se marcharon, llegaron a la ciudad, encontraron lo que les había dicho y prepararon la cena de Pascua. Mientras comían, Jesús tomó un pan, pronunció la bendición, lo partió y se lo dio, diciendo: «Tomad, esto es mi cuerpo.» Cogiendo una copa, pronunció la acción de gracias, se la dio, y todos bebieron. Y les dijo: «Ésta es mi sangre, sangre de la alianza, derramada por todos. Os aseguro que no volveré a beber del fruto de la vid hasta el día que beba el vino nuevo en el reino de Dios.» Después de cantar el salmo, salieron para el monte de los Olivos.
Cada vez que los discípulos se juntaban, les gustaba compartir el pan y el vino y repetir aquellas palabras de Jesús. El pan y el vino adquirían una nueva dimensión y un nuevo significado. Jesús y su Reino se hacían presentes en medio de ellos. Hacer memoria de aquella última cena les daba fuerzas y les hacía sentirse comprometidos para anunciar la buena nueva del Reino a todos los hombres y mujeres de su mundo. Les forzaba a trabajar por un mundo más justo y más humano, más hermano y más solidario. Daban gracias juntos, compartían su fe, escuchaban la Palabra, compartían el pan y el vino. Lo hacían en la intimidad de sus casas, en pequeñas reuniones de creyentes. Era la celebración central de su fe.
Hoy seguimos celebrando la Eucaristía. Escuchamos la Palabra, compartimos la fe, comulgamos el Pan y el Vino, hacemos memoria de Jesús Resucitado. Y salimos a la calle a seguir celebrando la Eucaristía con todos los hombres y mujeres de nuestro mundo. A compartir con ellos el pan y el vino de la vida diaria, de la justicia, del perdón, de la reconciliación, de la fraternidad. A tender la mano al hermano y cerrar el círculo del Reino, de los Hijos e Hijas de Dios, en donde nadie está excluido y todos son acogidos en el amor y la misericordia de Dios Padre.
Hoy la Eucaristía sigue siendo promesa de vida, fuente de esperanza, lugar de fraternidad, encuentro con Jesús y tantas otras cosas más, que nos hacen vivir en plenitud y ser más felices.
viernes, 12 de junio de 2009
UNA CAÑA EN EL CAÑAVERAL
Había crecido como las demás
en el ambiente húmedo y apacible
de la orilla del río.
Pero mi vida no tenía mucho sentido.
No era ni árbol frutal
que alimentara a pájaros y niños,
ni rosal que llenara de color y aromas los altares y las novias.
Sólo una caña hueca a menudo agitada por el viento,
aunque a veces...
sonaba en mí como música la brisa.
Alguna vez...
sentí envidia y me puse a soñar,
Un día de verano
se acercó el joven pastor hasta la orilla
entre silbos y cantares.
Y me tomó en su mano,
y me puse en sus manos,
y, arrancándome del lodo y el aburrimiento
me llevó a la sombra de la encina,
donde las ovejas sesteaban.
Me acarició limpiándome el barro adherido
y con su navaja de partir pan
fue haciéndome a su medida,
cortando lo sobrante, puliendo lo tosco y desabrido,
abriéndome agujeros, vaciando mi vacío,
dejándome yo hacer al tacto de sus dedos,
sin ya poner reparos, sin miedos, ni recelos.
Y me probó en su boca
dándome el primer beso verdadero,
y para hacerme a sus labios,
me fue recortando en un extremo,
probando y volviendo a probar mi ajustamiento.
pero el pastor se enamoró de mi vaciamiento,
y al llevarme a la boca, abierta ya a su espíritu,
su aliento llenó mi estéril oquedad de soplo de vida,de fuego,
de música y armonía,
de vibraciones sonoras y melodías al ritmo de sus dedos
y a sus caricias.
Yo era sólo una pobre caña,
pero, puesta en las manos del pastor,
soñada en sus sueños,
modelada a su aire y su estilo,
con el beso de sus labios y su aliento,
movida al ritmo de sus dedos,
soy toda música,
soy ya una flauta, su flauta,
la que lleva en el zurrón todos los días
junto al pan y el vino de merienda,
la flauta de su música
que ya conocen sus ovejas y les guía por el camino.
La flauta que llena de melodías
los campos y las tardes,
de alegría el corazón de su zagala amante,
de sonrisas el alma de los niños y los pobres.
Yo era sólo una caña
pero estaba llamada desde siempre
a cambiar mi vacío en música,
y ser su flauta.
miércoles, 10 de junio de 2009
UN CORAZÓN LLENO DE AMOR
Estamos en Junio y este mes lo dedicamos al Corazón de Jesús.
¿Que está pasado de moda?... NO, se nota que no sabes de que hablo y te digo que si lo supieras, tú querrías tener un corazón como el suyo.
En este Corazón la palabra "amor" se escribe con mayúsculas y negrita: AMOR, porque sólo Él sabe lo que de verdad es amar. Todos quisiéramos conocer a alguien que ame así, y sentir de verdad ese amor.
Yo te lo quiero presentar durante este mes. Pero todos aprendemos de alguien, incluso a amar. Así también Jesús, Él ha tenido al mejor Maestro, a su Padre, sí, a ese que Él nos dijo que también era nuestro Padre.
¿Quieres tú también aprender a amar de la misma manera?... Escucha al Padre en este vídeo y llénate de ese amor, luego comienza a amar...
martes, 9 de junio de 2009
¡¡SUEÑA!!
domingo, 7 de junio de 2009
¿CÓMO ES NUESTRO DIOS?
"En aquel tiempo, los once discípulos se fueron a Galilea, al monte que Jesús les había indicado. Al verlo, ellos se postraron, pero algunos vacilaban. Acercándose a ellos, Jesús les dijo: «Se me ha dado pleno poder en el cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado. Y sabed que yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo."
A Dios lo han querido manipular todos pero cuando nos acercamos al Evangelio sin prejuicios nos encontramos con Jesús y el Dios que se revela y manifiesta en sus palabras y en sus actos, en su forma de vivir, en su mismo ser.
Ese Dios, al que Jesús llama “abbá” no justifica guerras, no excluye a nadie sino que acoge y abraza y ama. El Dios de Jesús no quiere la muerte de nadie sino la vida de todos, y lo demostró resucitando a Jesús de entre los muertos. Su sueño es reunir a todos sus hijos en torno a la mesa común. En el Reino los más pobres, los olvidados, los marginados, aquellos a los que les ha tocado la peor parte en este mundo, serán los primeros. En el Reino nadie es más importante ni tiene más poder porque “el que quiera ser grande que sea vuestro servidor”. Y el mismo Jesús lo demostró lavando los pies a sus discípulos –haciendo lo que hace un criado– en la última cena. Los que siguen a Jesús van abriendo camino a la nueva humanidad, creando fraternidad, dando esperanza, alentando la vida de todos. San Juan escribió que “Dios es amor”. ¿Se puede decir algo más?
Padre, Hijo y Espíritu. El “abbá” de Jesús es nuestro padre. Es Dios Padre de la vida, protector de todos, el que acoge, el que abraza, el que da la vida y la confirma, el que invita a su mesa. Jesús es el hijo. Jesús es hombre que compartió con nosotros la vida en toda su amplitud, la dureza del camino y la paz de un diálogo con los amigos al atardecer, el trabajo y el descanso, el compromiso en favor de sus hermanos y el amor por los más débiles y necesitados. Y en todo ello se nos hace patente que ese hombre era verdaderamente el Hijo de Dios, tal como dijo el centurión al pie de la cruz. Jesús no está hoy con nosotros pero, antes de irse definitivamente, nos regaló su Espíritu. Es el Espíritu de Vida. Es el Espíritu de Dios. Es el Espíritu que hoy, dos mil años después, sigue alentando en los corazones de tantos y tantas el compromiso por hacer de este mundo un lugar más justo, una casa para todos, un hogar donde nadie sea excluido. Es el Espíritu que alienta la vida de la Iglesia para que el Evangelio no caiga en el olvido y se siga encarnando en la vida diaria de las personas, de los creyentes. Es el Espíritu que nos hace alabar a Dios cuando vemos que la vida triunfa, que la justicia se aplica de verdad, que las personas recobran la esperanza en medio del dolor. Todo eso y mucho más es el Espíritu Santo.
miércoles, 3 de junio de 2009
POLLO A LA CARTA
¡Bienaventurados quienes no se resignan a la pobreza ajena, por lejana que esté, y reconocen el derecho fundamental de todos los hombres a no vivir esclavos de la miseria, porque ellos será quienes alcancen la bienaventuranza eterna!
HIMNO DEL AMOR
Si yo tuviese en mí
todas las emisoras
y todos los tablados de rock del mundo entero
y los altares y cátedras y los parlamentos todos,
mas no tuviese Amor,
yo sería ruido sólo, ruido en el ruido.
Si yo tuviese el don de adivinar
y el don de llenar estadios
y el don de hacer curaciones
y una supuesta fe, capaz de trasportar cualquier montaña,
mas no tuviese Amor,
yo sólo sería un circo religioso.
Si yo distribuyese
los bienes que gané mal - quién sabe, quién no sabe-
en cestas de Navidad
y en aireados gestos caritativos
y fuese capaz de dar mi salud
en prisas y eficacias
mas no tuviese Amor,
yo sólo sería imagen entre imágenes.
Paciente es el amor y predispuesto, como regazo materno.
No tiene envidia ni se vanagloria.
No busca el interés como hacen los bancos:
sabe ser gratuito y solidario, como la mesa de Pascua.
No pacta nunca con la injusticia, nunca.
Hace fiesta de la Verdad.
Sabe esperar, forzando con coraje las puertas del futuro.
El Amor no pasará, pasando todo lo que no sea él.
En la tarde de esta vida nos juzgará el Amor.
Inmadura es la ciencia y gateando,
inmadura la ley, juguete el dogma.
El Amor ya tiene la edad sin edad de Dios.
Ahora es un espejo la luz que contemplamos,
un día será el Rostro, cara a cara.
Veremos y amaremos como Él nos ve, como nos ama.
Ahora están las tres:
la fe, que es noche oscura,
la pequeña esperanza, tan persistente;
y él, el Amor, que es el mayor.
Un día, para siempre,
lejos de toda noche y toda espera,
ya sólo será el Amor.
Pedro Casaldáliga
sábado, 30 de mayo de 2009
RECIBID EL ESPÍRITU SANTO
Pentecostés es el viento y el fuego del Espíritu que quema y destruye, que calienta y transforma, que abre las ventanas y envía a los discípulos al mundo, a predicar la buena nueva de que Dios no está contra nosotros sino a favor nuestro, de nuestra vida, de nuestra esperanza. El viento del Espíritu crea la Iglesia, guía a la Iglesia, da fuerza, sostiene, cura, reconcilia, da vida. Llenos del Espíritu, aquellos primeros discípulos salieron de Jesús y, con el tiempo, llegaron a las tierras más lejanas. Portaban un mensaje de esperanza: Dios nos ha salvado en Cristo, su Hijo, su testigo, la encarnación de su amor. En él nos ha manifestado su inmenso amor para con nosotros. Ese amor es tan grande que es capaz de vencer la muerte.
Hoy, aquí y ahora, hay que comenzar a construir un reino de fraternidad donde nadie puede ni debe ser excluido. Esa es la voluntad de Dios y no otra.
martes, 26 de mayo de 2009
lunes, 25 de mayo de 2009
CURRICULUM VITAE DE MARIA DE NAZARET
Distinguido hijo, querida hija:
Con la presente le adjunto mi currículo con mis datos personales, formación recibida y experiencia profesional. Aunque no tengo constancia de su interés se lo remito igualmente (una madre nunca se olvida de un hijo; de la misma manera, un hijo nunca renuncia a una madre... Sí, es cierto, a veces se aleja, camina, llora, triunfa, fracasa, vive... pero nunca, nunca renuncia definitivamente a ella).
En caso de que lo considere oportuno, te agradecería, hijo mío..., ¡uy, perdón! Le agradecería inmensamente que se pusiera en contacto conmigo (hace tiempo que no tenemos una charla de madre a hijo).
Me sería muy grato tener la ocasión de demostrarle mis aptitudes como Madre. Por ello le expreso mi deseo de integrarme en su vida, donde mi entusiasmo por ejercer mi profesión, de la cual me siento especialmente vocacionada, le puede resultar muy provechosa.
Dada su trayectoria, cuyo perfil me parece muy interesante (con sus éxitos y fracasos, como todo el mundo) le ruego que considere firmemente la posibilidad de una colaboración más estrecha, más cercana, más… cómo se lo explicaría, más de madre a hijo.
Con la esperanza de que pueda concederme una oportunidad, me es grato saludarle como sólo una madre sabe hacerlo con su hijo más querido.
María de Nazaret
PD 1: No se extrañe si recibe este documento decenas de veces (una madre jamás se da por vencida).
PD 2: Tampoco se vuelva loco preguntándose cómo he dado con su paradero. El amor (y si es de una madre, mucho más) es la única carta que llega siempre a su destino, aunque se ponga mal la dirección al enviarla.
- Nombre: María.
- Apellidos: Muchos y muy variados. El primero de todos y el que más me identifica es el de Madre (ah, y entre el nombre y el primer apellido algunos, sólo los muy afortunados, suelen añadir el pronombre personal de segunda persona del singular).
- Fecha de nacimiento: Mi DNI dice que fue un 8 de septiembre, mas yo sé, de buena fuente, que nazco en el momento en que un hijo me necesita.
- Lugar de nacimiento: En el registro aparece Nazaret. Sin embargo los últimos estudios no están muy de acuerdo. Así, entre usted y yo, nací y sigo naciendo, eso sí, sólo si quiere, si verdaderamente lo desea, en su corazón.
- Dirección: Siempre tras los pasos de mi Hijo, de mis hijos.
■ Formación académica
Licenciada en Maternidad. Todavía me queda alguna asignatura pendiente. Bueno, para qué voy a engañarle, seguiré “echando codos y corazón” toda la vida. Y es que hacer de madre es lo único que sé hacer.
■ Experiencia profesional
Contrato indefinido a su lado (turno de 24 horas al día, de 7 días a la semana, de 365 días al año).
■ Idiomas
Nivel alto en el lenguaje del Silencio (mis labios se cierran, mis oídos se abren y mi corazón se enternece siempre que un hijo quiere echar una parrafada conmigo).
■ Informática
Conocimiento muy avanzado en Base de datos. Todos los días mis equipos informáticos actualizan todo lo bueno que hay en mis hijos, almacenándolo directamente en mi corazón y arrojando a la papelera lo malo.
■ Otros datos de interés
Disponibilidad de incorporación inmediata (tengo las maletas en la puerta, deseosa de coger el primer autobús que salga). ¡Tan sólo espero su llamada!
■ Referencias
Llevo muchos años haciendo prácticas con mis hijos más queridos. Sí, sí, ¡no ponga esa cara!, son también hermanos suyos, o acaso, ¿no les reconoces...?
(En Misión Joven, nº 364)
domingo, 24 de mayo de 2009
ID AL MUNDO ENTERO Y ANUNCIAD EL EVANGELIO
Cuando Jesús “se va”, su misma misión queda en manos de sus seguidoras y seguidores.El sentido de la vida de tod@s l@s cristian@s, sin excepción, es muy preciso: han sido elegid@s para la misión: hacer de la humanidad el Reino que el Padre quiere. Nosotr@s somos sus testigos en nuestro mundo. Testimonio de vida, no sólo de palabra. No hablar mucho, sino transparentar bien.
Digamos que Dios es amor, amando. Digamos que Dios es misericordia, compadeciendo y perdonando. Digamos que Dios es gozo, viviendo y contagiando la alegría. Digamos que Dios es comunidad, compartiendo, uniendo, colaborando...
El testimonio y la misión es dar a conocer no sólo el amor de Dios, sino que Dios es amor.