Conclusión del santo evangelio según san Marcos:
VOLVERÁ
Celebramos este domingo la fiesta de la Ascensión del Señor, también la podríamos llamar la fiesta de la plenitud porque celebramos que la fuerza de Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, lo ascendió al cielo y lo sienta a su derecha. La Ascensión nos revela que la plenitud solamente la alcanzamos al final y que, además, es un don de Dios; pero, a la vez, es un proyecto inmediato de acción, un quehacer, una tarea sin dilación: “¿Qué hacéis mirando el cielo? Volverá...”.
Celebramos este domingo la fiesta de la Ascensión del Señor, también la podríamos llamar la fiesta de la plenitud porque celebramos que la fuerza de Dios resucitó a Jesús de entre los muertos, lo ascendió al cielo y lo sienta a su derecha. La Ascensión nos revela que la plenitud solamente la alcanzamos al final y que, además, es un don de Dios; pero, a la vez, es un proyecto inmediato de acción, un quehacer, una tarea sin dilación: “¿Qué hacéis mirando el cielo? Volverá...”.
La Ascensión nos dice que nuestra historia tiene un sentido. Que los senderos que recorremos no son sendas interrumpidas. Que nuestra existencia personal no es un salto en el vacío. Caemos en Dios... en Él vivimos, nos movemos y existimos. A veces, nos agarramos a Dios porque sentimos que nos falta la tierra bajo los pies, pero no llegamos a abandonarnos. Abandonarse quiere decir dejarse acunar por Él, dejarse llevar por Él... y confiar.
Y los dos hombres de blanco nos vuelven a decir: Volverá. Qué significa hoy para nosotras y nosotros esa promesa. Significa que no hay cruz que no tenga su desprendimiento; no hay amargura humana que no se convierta en sonrisa; no hay pecado que no encuentre redención; no hay sepulcro cuya piedra no esté provisionalmente a la entrada; no hay luto, aún los más rigurosos, que no se cambien en vestidos de alegría... que no hay vida que no esté llamada a la plenitud.
Volverá significa que nos dejemos invadir por la esperanza de la resurrección. Que sostengamos el peso cotidiano de la vida y las cruces de la existencia, con la certeza de que el Señor mismo es nuestro Cirineo. Que afrontemos los desencuentros, el dolor y hasta la muerte, sabiendo que vendrán días en que “no habrá luto ni llanto, y todas las lágrimas serán enjugadas de nuestros rostros...”. Volverá significa que todo esto que disfrutaremos al final en plenitud ya lo podemos anticipar aquí y ahora.
Volverá significa que nos dejemos invadir por la esperanza de la resurrección. Que sostengamos el peso cotidiano de la vida y las cruces de la existencia, con la certeza de que el Señor mismo es nuestro Cirineo. Que afrontemos los desencuentros, el dolor y hasta la muerte, sabiendo que vendrán días en que “no habrá luto ni llanto, y todas las lágrimas serán enjugadas de nuestros rostros...”. Volverá significa que todo esto que disfrutaremos al final en plenitud ya lo podemos anticipar aquí y ahora.